La inmigración es ya protagonista en una de cada 10 parejas

G. ARCE
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Las uniones mixtas entre burgaleses y extranjeros o entre estos apenas se registraban a principios de los años 2000, aunque aún hoy están muy lejos de ese 20% que se ha alcanzado a nivel nacional

Las parejas mixtas son un fenómeno en crecimiento en la sociedad burgalesa. - Foto: Jesús J. Matí­as

Burgos es una sociedad cada vez más global, más multirracial y, por ello, más rica y diversa. Basta con pasear por sus calles y comprobar cómo se ha ido normalizando el hecho de que personas originarias de diferentes países, culturas y tradiciones convivan e incluso formen familias. El fenómeno de la ‘mixticidad’, el de las uniones entre nacionales y extranjeros o entre los propios extranjeros de diferentes países, apenas existía hace veinte años pero hoy es una realidad creciente, casi el 12% de los matrimonios que se formalizan en la provincia y de los hijos que nacen de los mismos se caracterizan por esa diversidad de procedencias.

Así lo recoge el Anuario Cidob de la Inmigración, que en su última edición analiza la influencia de la covid-19 en el desplome de los flujos migratorios durante 2020. Pese al cierre preventivo de fronteras y al cese de la movilidad, el fenómeno de las uniones mixtas entre autóctonos e inmigrantes sigue en crecimiento, especialmente desde el año 2003, con la llegada masiva de población extranjera a España. En Burgos, estas uniones apenas representaban un 2,8% del total en 2001 y casi veinte años después, en 2019, se sitúan el 11,7%.

Dentro de este porcentaje se reparten a partes iguales (el 5,4%) las uniones endógamas de inmigrantes nacidos o con la nacionalidad del mismo país extranjero y las mixtas entre españoles y extranjeros, más comunes en los últimos años. El 0,9% restante corresponde a las uniones entre inmigrantes de diferentes países, aún minoritarias.

Se trata de un fenómeno, el de la ‘mixticidad’, generalizado en la mayoría de las provincias españolas, aunque los porcentajes que se registran en Burgos son la mitad de ese 19,1% de uniones mixtas que se alcanza en el conjunto de España, que ha experimentado un crecimiento exponencial desde ese 6,6% que se registraba en 2001.

Hay que matizar que los datos estadísticos del Anuario Cidob no incluyen a las parejas cohabitantes que no tienen formalizada su relación como pareja de hecho o matrimonio, así como las parejas que se casaron fuera de España y ahora residen en nuestro país.

Partiendo de estas limitaciones, las uniones entre inmigrantes y españoles -las más comunes- están en torno a un 20% del total en Ceuta y Melilla (18,1% y 20,9%, respectivamente), seguidas de Ourense (13,9%), Málaga y Santa Cruz de Tenerife (11,8%), Islas Baleares (11,6%), Tarragona (10,7%), Girona (9,9%), Alicante y Las Palmas (9,1%).

Son provincias, señala el Anuario, caracterizadas por su diversidad poblacional, bien por causas laborales o bien por el turismo, sobre todo en las zonas costeras españolas, donde sobresale la población del norte de Europa

En Burgos el 5,4% de las uniones son entre autóctono y extranjero, porcentaje que a nivel regional solo es superado por Soria (7,4%) y León (6,7) y que está por encima de los registros de Segovia (4,9%), Salamanca (4,8 %), Palencia (4,7%), Valladolid (4,2%) y Ávila (3%).

El fenómeno de la ‘mixticidad’ ha sido más acusado en las últimas dos décadas en Soria y Segovia, especialmente por el fuerte aumento de las uniones entre inmigrantes del mismo país. 

Nacionalidad

Las nacionalidades más predominantes en las parejas endógamas (mismo país de origen o nacionalidad) son la china, rumana y marroquí en los hombres y la china, marroquí y rumana en las mujeres.

Los hombres son más proclives a unirse con mujeres con sus mismos orígenes y en las mujeres destaca el emparejamiento con los españoles de nacimiento.

"Estas diferencias en la incidencia de la exogamia según el origen y el sexo se explican por múltiples factores, tanto estructurales, como el tamaño del grupo, la edad media, el nivel educativo, la ratio por sexo (más equilibrada en unos grupos que en otros), el proyecto migratorio (por ejemplo, cuando está muy masculinizado, con reagrupamiento de las mujeres ya casadas, como el caso de los pakistaníes), o el tiempo de residencia en España; como culturales y normativos, que pueden incluir prescripciones matrimoniales (como es el caso del islam) o prejuicios y estereotipos hacia determinados colectivo", explica el estudio firmado por los profesores Dan Rodríguez-García y Miguel Solana-Solana, de la Universidad Autónoma de Barcelona; y Verónica de Miguel, de la Universidad de Málaga.

Mayor números de uniones han tenido su reflejo en el porcentaje de nacimientos, que ha pasado del 3,2% en 1998 al 11,2% de 2018, según el Anuario Cidob. Los nacimientos corresponden a parejas mixtas entre españoles y europeos, así como con países latinoamericanos como Argentina, Brasil, Venezuela o Colombia.

En las conclusiones de este estudio, los autores alertan ante el hecho de que "la creciente superdiversidad y mixticidad de nuestra sociedad coexisten, paradójicamente, con la persistente estigmatización y discriminación hacia ciertos colectivos, sobre los que se vierten estereotipos y prejuicios construidos históricamente". "En estos casos, a pesar de la mixticidad y de haber nacido y haberse socializado en España, la sociedad sigue imponiendo el estigma de la extranjeridad (no pertenencia)".

A la luz de estos datos, los autores del trabajo hacen una llamada "a incrementar nuestros esfuerzos en la lucha contra la discriminación étnico-cultural y en el valor social de la multiplicidad y la diversidad de bagajes culturales de las nuevas generaciones de ciudadanos españoles".