La inesperada y agónica crisis derivada de la covid-19 sigue mostrando señales nunca antes vistas en una hecatombe económica como la que ha golpeado a Castilla y León durante los últimos dieciocho meses. Al escaso impacto en el empleo del parón mundial y la rápida recuperación del Producto Interior Bruto se les une ahora el inesperado repunte de otra variable que durante los anteriores periodos de crisis había servido para testar la salud financiera.Y es que la recaudación fiscal del Estado enCastilla y León se ha disparado durante el primer semestre del año, con más de 1.700 millones de euros enviados a las arcas del Ministerio de Hacienda. Una cifra que, no solo supone mejorar las cifras de ingresos tributarios que había antes de la pandemia –1.467 millones entre enero y junio de 2019–, sino que suponen la mejor primera mitad de año desde que en 2008 la Agencia Tributaria recibiera 1.980 millones de euros de los contribuyentes castellanos y leoneses, según los datos que maneja el Ministerio de Hacienda.

Este espectacular repunte de casi el veinte por ciento de la recaudación fiscal supera con creces el experimentado a nivel nacional, donde el indicador creció un tres por ciento al ingresar en impuestos unos 90.475 millones frente a los 87.546 millones que se consiguieron en el mismo periodo de 2019. Mejoría que sirve para apuntalar los cimientos de la recuperación económica a la espera de que se conozcan los datos del PIB de Castilla y León durante el segundo trimestre del año que, salvo sorpresa mayúscula, servirán para que la Comunidad salga de la recesión y retome la senda de crecimientos positivos.

El IRPF vuelve a ser el motor que impulsa la recaudación fiscal en la Comunidad con casi 810 millones de euros durante el primer semestre, amparado por el escudo de los ERTE que ha permitido que muchos empleos se hayan mantenido y con ellos los consiguientes ingresos tributarios, limitando sobremanera el retroceso de los ingresos familiares durante la crisis. Además, la inflación está empujando los ingresos al tributarse sobre precios y salarios más altos.

La recaudación fiscal anota la mejor cifra en doce años

No obstante, el shock económico de la crisis se sigue notando en el IVA, el principal indicador de como se encuentran de liquidez las familias viene a demostrar que la tormenta no ha pasado y la recaudación de este tributo sigue todavía diez puntos y sesenta millones de euros por debajo de como se encontraba en 2019. Aun así, la generalización de los pagos con tarjeta está poniendo coto a la economía sumergida, cuestión que también evidencia el menor retroceso de este tributo. Por otra parte, el impuesto de sociedades mejora notablemente al triplicar lo recaudado con respecto a hace dos años, pasando de algo menos de 100 millones a más de trescientos.

A pesar de todo, habrá que esperar a las liquidaciones de final de año para saber si Castilla y León logra recuperar la recaudación que había antes de la pandemia, toda vez que faltan por realizarse la liquidación de pérdidas de las empresas durante el pasado año.
Retenciones del trabajo

El secretario general de Gestha, José María Mollinedo, achaca esta mejora de la recaudación del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) hasta junio de este año en comparación con el mismo periodo de 2019 viene básicamente motivada por las retenciones del trabajo. En concreto, destaca que las retenciones del trabajo han aumentado respecto al primer semestre de 2019 en algo más de 120 millones de euros en el caso de Castilla y León.