Juan Ángel Gozalo

Plaza Mayor

Juan Ángel Gozalo


Depredación en cartilla

08/03/2021

Abuso económico es la académica definición de depredación. Es lisa y llanamente lo que están haciendo en los últimos tiempos los bancos. Sé que es un asunto que he traído a colación ya en esta tribuna, pero no me resisto a romper, de nuevo, una lanza por tantos y tantos impositores -especialmente los de más edad- que cada día tienen más difícil acudir y operar en su entidad bancaria. No se trata ya de que la banca haya aprovechado el brete pandémico para construir un muro casi infranqueable con esta socorrida disculpa y que haya cerrado oficinas por doquier -especialmente en el medio rural- sino que además ha establecido una tupida red de comisiones y cargos -hasta cuarenta distintos- que han provocado un aluvión de quejas ante el Banco de España, un 45,8% más en 2019. Pero que si quieres arroz Catalina. Nadie, ni siquiera el Ministerio de Consumo -ocupado en otros menesteres que rentan más electoralmente al titular- interviene para poner coto a esta sangría en las cartillas de los sufridos clientes.
Cierto es que la aparición del virus golpeó el negocio bancario, ya muy maltrecho por casi cinco años de tipos de interés en el 0%, pero esa circunstancia de ninguna manera justifica que se esté tratando de pena y sableando al personal, entre otras cosas porque las entidades cerraron el ejercicio pasado con millonarios beneficios. No tantos como los que tuvieron en tiempos pasados, pero los suficientes para dejar de imponer comisiones injustas. Cuentas remuneradas y de ahorro han empezado a tener comisiones que antes no se les aplicaban, incluso si solo utilizas el cajero automático. El colmo ya son los cargos a los clientes por la retirada de dinero en efectivo en ventanilla o por el simple hecho de solicitar un extracto. Si no fuera porque les ha quitado de los mostradores también cobrarían por los caramelos. No lo duden.
Es evidente que hay operativas que están tasadas y suponen un gasto -transferencias, cheques, envío de dinero, custodia de valores…-, pero existen otras muchas que no y que deberían ser asumidas por los bancos, entre otras cosas porque ese dinero de los clientes en cuentas a ellos sí les renta. Lo comido por lo servido, diría mi abuelo, pero no aquí de lo que se trata es de hacer caja y, si nos dejamos, acaban endosándonos un seguro, unas cacerolas, un televisor... Está visto que, como en Las Vegas, la banca -perdón, el banco- siempre gana, incluso en crisis económicas y coronavíricas.