La Ordenanza de Movilidad, que fue aprobada definitivamente en el Pleno del pasado 20 de diciembre, entró ayer en vigor con su publicación en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP). Pero lo hizo en un clima de confusión ante el desconocimiento de sus efectos inmediatos por parte de los ciudadanos y porque algunos de sus principales artículos no se aplicarán desde ya. Por ejemplo, pese a que se establece la prohibición de circular a más de 30 kilómetros por hora en centenares de vías de un único sentido o de un carril en cada sentido, la señalización sigue marcando el límite en 50. La concejala de Seguridad Ciudadana, Blanca Carpintero, avanzó que la Policía Local hará caso a las señales actuales y no sancionará a quien supere los 30 por hora.

Caso distinto es el que atañe a las bicicletas y a los patinetes eléctricos. Aquí la edil recordó que tienen prohibido su tránsito por las zonas peatonales y por las aceras. Afirmó que «la Ordenanza está para cumplirla», avanzó que «se puede hacer una labor de apercibimiento» a quienes la incumplan y finalmente añadió que «lógicamente se va a empezar a sancionar». Junto a esto, se darán instrucciones para que los agentes informen de la normativa.

El área de Seguridad Ciudadana se suma al criterio de los técnicos del área de Movilidad, que defienden que los vehículos podrán seguir circulando por estas vías a 50 kilómetros por hora hasta que no se coloque una señalización con los nuevos límites en las 9 entradas de la ciudad. Porque es ahí donde se establece la norma genérica para todo el municipio y porque mientras no se visualice el cambio de señales, prevalece lo que marca el Reglamento de Circulación.

El concejal de Movilidad, Josué Temiño, no pudo anticipar cuando se cambiará la señalización ya que depende del área de Tráfico. Es una «prioridad», para el Ejecutivo socialista pero aún no se pueden dar plazos.

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