La tierra no da más de sí. Ha saciado su sed después de tantos meses de sequía en 2022 y tras hacer acopio de todo el agua que necesitaba ahora deja que fluya, con el consiguiente riesgo de avenidas. Así, en diversos puntos de la provincia pasan las horas con un ojo en los ríos y otro en los altos, a la espera de que tras la lluvia y el vendaval venga la nieve, sea Gerard o Fien quien la traiga.
La Confederación Hidrográfica del Duero acaba de activar la alerta en nivel naranja para el Arlanza a su paso por Lerma, donde ha superado ya los 2,3 metros de altura. Como ya ocurrió hace dos semanas, la cuenca baja de este río acusa el retraso de la puesta en marcha de la presa de Castrovido.
También bajan con fuerza los ríos Nela, Trueba, Ebro, Bayas y Zadorra en la zona norte de la provincia, y el río Lobos en Hontoria del Pinar, aunque de momento sin causar problemas.
El río Nela en Trespaderne. - Foto: A C.La Confederación Hidrográfica del Ebro informa de que el caudal de los ríos Nela, Jerea y Bayas presenta tendencia al alza en sus respectivos tramos bajos para las próximas horas.
La Delegación del Gobierno en Castilla y León ha establecido la Activaciónde la Fase de Alerta del Protocolo de Coordinación de Actuaciones ante Situaciones Meteorológicas Extremas que puedan afectar a la Red de Carreteras del Estado a su paso por Burgos, desde esta medianoche también en la meseta y el Condado de Treviño.
Por el momento, la única carretera cortada al tráfico por la nieve es la del ascenso al puerto de Lunada en sus últimos kilómetros, mientras que la Dirección General de Tráfico también comunica algunos problemas para circular a la altura de Agüera, en la Nacional 629 a su paso por la Merindad de Montija.