No hemos tenido mucha suerte en Burgos últimamente (y no tan últimamente) con las visitas de los ministros a la ciudad. Siempre buenas palabras, pero casi nunca claras y casi siempre rodeadas de mucha ambigüedad.
Sí recuerdo en una ocasión a la exministra de Fomento Ana Pastor sentada en la sala de prensa del Ayuntamiento respondiendo a cada una de las preguntas de los medios de comunicación y sin que ninguno de sus jefes de gabinete trataran de parar la comparecencia tras las 3 o 4 preguntas de rigor. Aunque no siempre había buenas noticias, fue de agradecer que no rehuyera a los periodistas y diera buena cuenta de cada infraestructura. A ella, es justo reconocerlo, hay que agradecerle la cesión de suelo junto al aeropuerto para la ampliación del Puerto Seco. Como también hay que acordarse de que no se diera el empujón que merecían algunas autovías que aún hoy estamos esperando. Aunque le tocara gestionar esa cartera en la crisis económica de 2012. 
Hoy es el día en que nos visita otra ministra. La responsable de Industria y Comercio, Reyes Maroto, y en sus manos está trasladar un mensaje claro sobre el compromiso del Gobierno con el futuro Mercado Norte. Hablamos aquí de una colaboración a tres bandas en el que la inversión que precisa Burgos es poco menos que ridícula para los recursos que maneja el Ministerio. No se trata de construir túneles ni viaductos multimillonarios si no de poner en valor una dotación ubicada a las puertas del centro histórico. En el centro geográfico de la ciudad.
La Junta ha confirmado que colaborará en la financiación, el Ayuntamiento es el que lo capitanea y ahora al que le toca mover ficha es al Gobierno de España. Con claridad, sin ambigüedades.