La siniestralidad vial en España vista por un ecuatoriano

G. ARCE
-

Desde su casa en Ecuador, Juan Diego Febres Eguiguren defendió su tesis en la UBU, que profundiza en las causas humanas y técnicas de los siniestros de carretera en nuestro país

Juan Diego Febres Eguiguren. - Foto: DB

Cada accidente de tráfico en España genera un parte, elaborado por los agentes de Tráfico de la Guardia Civil sobre el terreno, en el que se recogen las más de 140 variables que intervienen en el suceso. Si se suman todas estas variables de los siniestros ocurridos en un periodo de tiempo, entre los años 2016 y 2019 en este caso, tenemos varios miles de datos que se pueden modelizar para profundizar en los factores técnicos y humanos de la lesividad generada en las carreteras y sacar conclusiones. Uno de los grandes objetivos del desarrollo sostenible es la reducción de la siniestralidad "y la Universidad tiene mucho que decir en este tema".

Esa es la tarea que ha "quemado las pestañas" durante los últimos tres años y medio al ingeniero industrial Juan Diego Febres Eguiguren y que ha quedado plasmada en la tesis doctoral que defendió hace unos días en la UBU.

La defensa se hizo por la vía telemática y con 6 horas de diferencia entre el jurado y el doctorando, pues éste se encontraba en la pequeña localidad ecuatoriana de Loja. Allí esta su domicilio y también su trabajo como profesor e investigador en la Universidad Técnica Particular de Loja, fundada por los Maristas -hoy gestionada por los Misioneros Identes- que suma 40.000 alumnos.

Este ingeniero de 34 años es un especialista en administración de la construcción, muy interesado en el tráfico "por temas personales" y en la modelización de datos.

Conoció Burgos y su Universidad por un amigo, doctorando en Tecnología de los Alimentos, y se animó a estudiar uno de los ámbitos que se abordan en el programa de Tecnologías Industriales e Ingeniería Civil: el tráfico. Su tesis ha sido dirigida por los profesores Susana García Herrero y Miguel Ángel Mariscal Saldaña, "lo que me ha obligado a varios viajes a España".

"Me he centrado en los factores técnicos y humanos de los accidentes de tráfico a través de las bases de datos de la Dirección General de Tráfico, algo ya estudiado pero que varía cada año. Además, tener un modelo completo de un accidente es muy difícil porque hay demasiados factores que no se pueden medir en el momento", explica.

El estudio analiza y modeliza a través de la técnica de redes bayesianas la lesividad de los accidentes de acuerdo, entre otros factores, al propósito del viaje, al uso de los equipos de protección personal del automóvil, al comportamiento de los conductores y también de los peatones o usuarios de la vía.

"El comportamiento humano aporta mucha lesividad a un siniestro, pero determinar si ha habido una distracción en el origen de todo es complejo y difícil de medir", explica. Esta dificultad, añade, se multiplica cuando se vincula la tecnología, la distracción con el 'celular', el GPS o la radio; o el comportaniento del peatón o el ciclista implicado, "sobre los que no hay mucha información porque siempre se hace responsable al conductor". Estos últimos, matiza, también 'circulan' mirando al móvil o escuchando música con los cascos.

"Es clave estudiar esta incidencia porque cada vez es más importante el número de dispositivos tecnológicos en un vehículo y su entorno, si esto sigue en aumento, habrá más riesgo de infracciones de tráfico y de distracciones que causen accidentes. Más tecnología puede generar más problemas, más distracciones...", concluye.

Febres también ha analizado el comportamiento de los conductores infractores y su incidencia en la siniestralidad en carretera o ciudad. Conductores jóvenes e inexpertos o adultos y con escasos reflejos y problemas de salud.

El estudio de los datos, concluye, permite dar claves a los 'tomadores de decisiones', la DGT, para que actúen sancionando o educando. "En Ecuador, se colocaba un corazón azul donde hubo un accidente y un muerto y esa acción redujo la siniestralidad. Era difícil ir por una carretera y no ver varios corazones... Es lo mismo que cuando en España te avisan de un radar".

En el caso de este ecuatoriano, su aportación no son corazones, son datos. "He modelado eventos que ya sucedieron, pero me gustaría modelar los que pueden suceder y en este objetivo están trabajando en los laboratorios de la UBU".