El talón de Aquiles de Sánchez

G. F. (SPC)
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El líder del Ejecutivo está perdiendo la batalla de la economía, con la inflación desbocada y los precios de los alimentos, combustibles y energía al alza. El PP lo sabe y fija ahí su plan para desbancarlo

El talón de Aquiles de Sánchez - Foto: FERNANDO ALVARADO

«Me gustaría ser recordado como el presidente que arregló la economía». La frase la dijo en 2015 un ambicioso Pedro Sánchez que venía de ganar las primarias a la candidata del aparato, Susana Díaz, y apuntaba ya claramente a la Moncloa, como relevo de Rajoy, a la que llegaría en 2018. 

Siete años después este deseo parece una cruel broma del destino. La inflación desbocada al 10 por ciento el aumento de los precios en los alimentos, pero principalmente en los combustibles y la energía, han convertido precisamente a la economía en el gran talón de Aquiles del presidente. 

Esa es la herida por la que se desangra desde hace tiempo el Ejecutivo y el PP lo sabe muy bien. Tanto es así que Alberto Núñez Feijóo, después de superar su primer examen en las urnas andaluzas como líder nacional del PP, ya espolea a los suyos para vencer a Pedro Sánchez en el siguiente asalto, las municipales y autonómicas que llegarán el próximo año. Y lo hace cabalgando a lomos de la economía, con mensajes que hablan de gestión. Ya dejó bien claras sus prioridades a principios del pasado mes de mayo cuando en su primera visita a Cataluña se metió al empresariado local en el bolsillo con una declaración de intenciones en toda regla: «Cataluña necesita hablar menos de política y más de economía». 

Aunque Feijóo ha pedido huir del triunfalismo, lo cierto es que la mayoría absoluta de Juanma Moreno en Andalucía, la primera del PP, ha provocado euforia. El principal partido de la oposición cree que el batacazo socialista les acerca a Moncloa y que Sánchez tiene difícil capear la crisis y más el enfado por la inflación. Y como los buenos boxeadores ahí va a dirigir sus próximos puñetazos.

El político gallego se concentra ahora en Sánchez. Tras el peor resultado del PSOE en Andalucía, su partido está redoblando los mensajes económicos. Advierten que la crisis despuntará tras el efecto champán del verano y que ni el líder socialista ni su Gobierno, muy dividido, tienen una política económica fiable. Creen en el PP que los votantes recordarán rectificaciones como la del IVA de la luz, donde rechazaron primero la propuesta de los populares de bajarlo del 10 al cinco por ciento tachándola de «cosmética» y terminaron aprobándola dos semanas después.

Y a mayores señalan ahora al precio de la gasolina. Feijóo pidió a la UE poder suspender los impuestos a los hidrocarburos de manera temporal y excepcional. Sostiene que es necesario para «aguantar el verano y no tener un conflicto con los transportistas» y advirtió que la inflación es el «enemigo número uno de la UE».

Los populares tienen claro que los comicios andaluces marcaron «un antes y un después» como dijo el propio líder del partido que, incluso, señaló que si ahora hubiese elecciones el líder del Ejecutivo perdería tanto los comicios como la presidencia.

Aunque Sánchez insiste en que agotará la legislatura, en el PP están preparados para un escenario que, auguran, lo pintará la economía, que está barnizando la realidad actual en todos sus ámbitos. 

Pero a nadie se le escapa que convocará cuando más le convenga y que buscará el momento menos malo dentro de un calendario que en todo caso le perjudica.

La prioridad política y orgánica que Alberto Núñez Feijóo ha fijado tras el 19 de junio son los ayuntamientos y comunidades afines en los comicios de la próxima primavera, donde el PP espera incrementar su poder territorial.

Feijóo ha recetado a los suyos moderación, propuestas, centralidad y «transversalidad», pero respetará otras rutas y sensibilidades siempre y cuando atraigan votantes, como ocurre con Isabel Díaz Ayuso en Madrid. Así lo apuntan fuentes de Génova y lo sostuvo el propio Feijóo en el congreso del PP de Madrid: «Mientras ganemos seremos útiles y, si no, hemos de dejar paso a otros compañeros que lo consigan».

Esta máxima será clave en la renovación orgánica. Los cuatro congresos celebrados y convocados desde la llegada de Feijóo han sido de lista única. Ayuso y Alfonso Rueda se hicieron con el mando del partido en Galicia y Madrid y en julio se celebrarán los cónclaves de Murcia, donde repetirá Fernando López Miras, y Extremadura, donde María Guardiola Martín da el relevo a José Antonio Monago. Los congresos autonómicos se retomarán tras las vacaciones de verano.

Feijóo presume y elogia de la unidad interna, que permite dejar atrás la etapa de Pablo Casado, quien ha visto como sus acusaciones contra la presidenta de la Comunidad de Madrid quedaban en nada con el archivo de la investigación abierta por la Fiscalía Anticorrupción. 

El PP vive además un momento dulce frente a sus adversarios de centro y derecha. Andalucía ha confirmado el fin de Ciudadanos y Vox se ha quedado por primera vez sin influencia, muy lejos de sus pretensiones iniciales.

El resultado de Moreno evidencia que la apuesta de Feijóo por mayorías amplias no era un sueño imposible fuera de Galicia. Ha absorbido votos de centro y los busca también por la derecha.