"Los países occidentales no han sido honestos con Ucrania"

H. JIMÉNEZ
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Profesor de Relaciones Internacionales de la UBU y autor del libro 'La política Internacional de las grandes potencias', Juan Tovar analiza el sistema mundial en un contexto marcado por dinámicas diferentes a la globalización de los años 90

Juan Tovar, experto en política internacional y profesor de la UBU - Foto: Juan Lázaro

Profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Burgos y autor del libro titulado 'La política Internacional de las grandes potencias', Juan Tovar analiza el sistema mundial en un contexto marcado por dinámicas diferentes a la globalización tal como se planteaba en los años 90. La competición entre potencias se multiplica con la aparición de China como actor principal, los conflictos territoriales del Indopacífico o el Próximo Oriente. En algunos aspectos el mundo es diferente al de antaño, pero en otros nada cambia, por ejemplo en las guerras capaces de sobresaltar al corazón de Europa. Tal y como acaba de ocurrir esta semana en Ucrania.

¿Era usted de los optimistas, pesimistas o realistas respecto a la posible actuación de Rusia?

Yo me inscribiría entre los realistas, hay toda una escuela de relaciones internacionales que aboga por un planteamiento de este tipo. Originalmente pensaba, y no tengo problema en afirmarlo, que Rusia iba a incrementar la tensión hasta un punto bastante elevado a efectos de sacar una serie de ventajas o contraprestaciones. Lleva bastante tiempo quejándose desde la crisis de 2014 en Ucrania sobre determinados elementos como la ampliación de la OTAN y estas cuestiones llevan ahí décadas. Es parte del discurso de las élites rusas y es un elemento que han estado poniendo recurrentemente sobre la mesa, pero al final parece que lo que realmente buscaba el presidente de Rusia, que era la negociación del estatus de Ucrania y su posición, ha sido un aspecto que tanto la OTAN como Estados Unidos no han estado dispuestos a considerar y esto ha hecho que Putin haya ido más allá. Todavía tenemos que ver cuál va a ser la dirección que van a adoptar los acontecimientos, si se limitarán a una ocupación de la zona del Donbás y meramente hacer una operación de castigo militar contra el resto militar o si van a tratar de llevar a cabo una ocupación más amplia.

¿Y qué cree usted que pasará?

Yo si tuviera que decir algo, aunque no tenemos una bola de cristal y no sabemos lo que está pensando Putin, teniendo en cuenta los costes que esto pueda tener para Rusia quizás opten por mantener solo su presencia en el Donbás que es donde tienen los mayores apoyos en Ucrania. Lo más racional para Rusia sería mantenerse solo ahí, donde tiene una población que le va a apoyar, con lo que se llama "un conflicto congelado" que condicionaría la política de Ucrania, como ya ocurre en Georgia o Transnistria. Yo me mostraría escéptico respecto a una ocupación total del país porque una parte importante de la población es totalmente anti rusa y por tanto mantener un gobierno impuesto desde el exterior tendría un coste elevado. Un gobierno afín necesitaría de ciertos apoyos.

¿Esperaba entonces una invasión terrestre y bombardeos en el este de Europa?

La cuestión es que nosotros nos hemos desacostumbrado respecto a este tipo de reacciones, pero si estudiamos nuestra propia historia la competición entre grandes potencias o los conflictos armados, este tipo de cuestiones han existido hasta antes de ayer. Tuvimos durante siglos el sistema del equilibrio europeo en el que las grandes potencias competían y de vez en cuando se enfrentaban en guerras. Y después de la Segunda Mundial llegó la Guerra Fría, donde teníamos un país que actuaba como garante del equilibrio de la seguridad de Occidente que es Estados Unidos. Cuando acaba la Guerra Fría nos encontramos con un escenario en el que la única potencia capaz de hacer la diferencia es la norteamericana, con lo que las pocas guerras que hemos tenido han sido sobre todo conflictos civiles o en escenarios geográficos muy localizados, donde las grandes potencias salvo EEUU no habían intervenido de una manera directa. Rusia en los años 90 estaba muy debilitada y por eso no pudo participar, a pesar de todas sus críticas, en la intervención de EEUU en Kosovo frente a Serbia. Ahora mismo estamos volviendo a un escenario donde potencias como Rusia o en otros escenarios geográficos como China están empezando a cambiar estos planteamientos.

Remontándonos a esa Guerra Fría de los años 80, ¿cree que Rusia en aquel momento podría haberle planteado un reto así a la administración de Reagan, por ejemplo?

Entonces estábamos en otra etapa con otras lógicas. Hasta la llegada de Gorbachov, la Unión Soviética se comportaba de manera bastante agresiva. Pero si recordamos aquellos años hubo un caso interesante como la intervención soviética en Afganistán, y ahí EEUU puso todos los medios necesarios para que los soviéticos fueran derrotados. Aquí que el escenario actual no es totalmente novedoso, ya sucedió entonces. Estados Unidos no es más débil ahora, pero en cuanto a poder relativo otras potencias han adquirido un mayor nivel como la propia Rusia pero, sobre todo, el gran problema sistémico y la gran cuestión será China, que también tiene sus propios contenciosos territoriales en la región del Indopacífico.

¿Es posible entender desde occidente las peculiaridades culturales y lazos históricos que se entremezclan en el conflicto de Ucrania?

Durante mucho tiempo estuvieron perteneciendo a una entidad como la Unión Soviética que era bastante compleja, y antes a un imperio como era el zarista. Hay que plantearse hasta qué punto este discurso, que también tiene un elemento identitario importante, no resulta una mera justificación de los líderes rusos para algunas de sus acciones. A la hora de justificar la intervención militar rusa precisamente han alegado estos vínculos culturales, pero probablemente detrás de todo eso, que ha llevado a Rusia a repartir incluso pasaportes rusos no solo en el Donbás sino en otras repúblicas de la antigua URSS, esencialmente encontramos elementos de seguridad. Por un lado la percepción de las élites rusas y las críticas a lo que durante tanto tiempo fue la ampliación de la OTAN, una serie de quejas también a nivel histórico de que en los años 90 a Rusia no se la trató como una gran potencia y se la dejó de lado por parte de occidente en escenarios como los Balcanes. Más tarde también surgió la oposición de Rusia al intervencionismo de Occidente en escenarios como Libia o Irak. Son elementos de seguridad importantes, y también percepciones que tienen los líderes rusos de las acciones occidentales que han apoyado el cambio a regímenes afines en estados como Georgia o Ucrania, las famosas revoluciones de colores, y de cómo podrían afectar al propio régimen ruso. Cuestiones de supervivencia también. Ahí hay una mezcla de factores pero el identitario no es esencialmente el más importante, sino más bien una justificación para respaldar las acciones que está tomando Rusia.

Se nos dijo durante mucho tiempo que las próximas guerras iban a ser económicas o por los recursos naturales y sin embargo estamos viendo un conflicto clásico, con reclamaciones territoriales y hasta de sentimientos. Una guerra a la vieja usanza.

Toda esta competición entre las grandes potencias lleva existiendo toda la vida, no es ninguna novedad. Y el uso de instrumentos económicos tampoco es novedoso. Ahora mismo está de moda una disciplina que se denomina "geoeconomía" y que está dedicada a estudiar el uso de instrumentos económicos para objetivos de política exterior y seguridad nacional. Hay muchísimos ejemplos, desde las sanciones que se están poniendo hasta la política de inversiones o la cooperación al desarrollo, hay un montón de instrumentos que se pueden utilizar para defender tus intereses nacionales y eso no quiere decir que las guerras del futuro vayan a ser económicas, esa es una afirmación bastante simplista que se ha aplicado a políticas como las de China. Los elementos militares van a seguir estando en el centro de la agenda y la tecnología puede tener un papel en esta competición que estamos viendo entre grandes potencias.

La OTAN no accedió a la exigencia de Rusia de un compromiso de no vinculación de Ucrania. ¿Era posible negociar algo así con un país teóricamente libre y soberano?

La cuestión aquí sería si es conforme al Derecho Internacional, y probablemente la respuesta sería que no. Ahora bien, aquí estamos hablando de otras cuestiones. De relaciones de poder, de lo que toda la vida ha sido la política de las grandes potencias. Este tipo de negociaciones no sería la primera vez que se llevan a cabo. Abiertamente los líderes occidentales nunca van a admitirlo, pero no sabemos, o al menos yo no lo sé, hasta qué punto esto ha estado presente en las negociaciones. Creo recordar que entre las opciones que planteó el presidente Macron fue la 'finlandización' de Ucrania, convertirla en un país neutral. Los países occidentales a este respecto no han sido lo suficientemente honestos con Ucrania, esa es una de las demandas del presidente Zelensky, que se le dijera si realmente se le iba a permitir entrar en la OTAN y este tipo de cuestiones.

Hubo declaraciones de Obama en el año 2016 en las que ya se planteaba que Ucrania era un interés vital para Rusia pero no para EEUU, por su cercanía geográfica o vínculos iba a estar siempre en un plano superior. Quizás una mayor claridad habría ayudado a posiciones más dialogantes entre Ucrania y Rusia. Pero claro, los ucranianos tienen otro problema, la cuestión de Crimea, que fue anexionada por Rusia en 2014 y desde entonces al menos una parte de la población ucraniana ya no va a ver a Rusia con buenos ojos.

Al hilo de esta falta de honestidad con Ucrania, el exministro Margallo dijo el otro día que no es posible una guerra abierta entre dos gigantes nucleares como Rusia y EEUU porque duraría 15 minutos.

Esto son doctrinas que vienen de la etapa de la Guerra Fría, cuando precisamente las armas nucleares estaban en su punto álgido. Doctrinas como la disuasión nuclear, la destrucción mutua asegurada… Efectivamente, la posibilidad de guerra entre dos potencias nucleares ahora mismo no se ve como algo viable, pero hay algunos debates al respecto. Estamos hablando del caso de Ucrania, pero lo podríamos aplicar al caso de Taiwan en la región del Indopacífico, que para China es un interés vital y ahí Estados Unidos tiene un papel mucho más estratégico que en Ucrania. Si dos potencias utilizan a gran escala todo su armamento nuclear efectivamente no durarían, y yo no soy un experto en asuntos militares pero hay debates sobre determinados tipos de armas nucleares de potencia un poco más limitada. Insisto en que la importancia de Ucrania como ya dijo Obama es bastante limitada, así que un conflicto abierto y directo no estaría ahora mismo sobre la mesa, y como no es miembro de la OTAN no hay ninguna obligación de los acuerdos o los tratados entre los aliados para defenderla. Se la asistirá a través de asesoramiento, venta de armas o incluso económicamente pero ya lo ha dicho también Biden, que no habrá intervención sobre el terreno.

 

"Lo mejor para China sería que Estados Unidos se empantanase en Europa"

 

¿Cuál cree que es el papel real de China en todo esto? ¿Se estará frotando las manos o preferiría que no hubiera un conflicto armado?

Lo mejor para China sería que EEUU se empantanase en un conflicto como el de Ucrania, no solo con tropas sino prestando atención sobre esa zona y detrayéndola de la que debería ser su principal prioridad, tal y como plantean los documentos estratégicos estadounidenses, que sería el Indopacífico. Porque ahí China es la única capaz de rivalizar realmente con Estados Unidos, y para ello lo primero que debería hacer es convertirse en la potencia hegemónica en su región.

¿No lo es ya en Asia?

Todavía no, porque EEUU tiene una importante presencia, una fuerte red de aliados. Ese cambio no ha sucedido aún porque tiene de su lado a Japón, Corea del Sur, Australia, la India… Son países que no tienen buenas relaciones con China. Y además mantiene rutas para garantizar la libertad de los mares. Pero lógicamente, si EEUU se empantana en Europa Oriental y no presta atención es algo que a China le interesará. Pero este conflicto hará de Rusia todavía más dependiente de China, le ayudará a paliar las sanciones.

¿Tiene capacidad económica China para contrarrestar los bloqueos económicos y financieros?

Contrarrestar por completo quizás sería demasiado, porque los países occidentales siguen teniendo un peso muy grande, pero sí que puede ayudarles. La propia China puede ser objeto de sanciones y todos estos países autocráticos ya han estado adaptando sus propios sistemas para tratar de resistir hipotéticas sanciones de Occidente de manera creciente.

¿Qué fuerza tiene la Unión Europea, puesto que carece de un ejército común? ¿Puede hacer algo más que amenazar con reunirse y emitir declaraciones?

La UE nunca ha estado pensada para cuestiones de seguridad o militares. Ese aspecto recae en los propios estados miembros y además por buenas razones, porque los intereses vitales de los estados no son siempre los mismos. Personalmente creo que la seguridad vendrá planteada desde la perspectiva de la OTAN, por las garantías de seguridad que presta EEUU, seguimos siendo muy dependientes y abandonar esa dependencia es prácticamente ciencia ficción. Y no solo por falta de voluntad de una autonomía estratégica, sino porque ahora mismo ese apetito que hemos estado viendo de incrementar el gasto en defensa para gastar un 2 por ciento... España es un ejemplo de esto, cómo se han resistido los líderes políticos no solo del PSOE sino también del PP a incrementar el gasto en defensa. Los europeos en cuanto a recursos y visión del mundo no comprenden ya ni siquiera su propia historia. Lo hablábamos antes. La competición entre potencias ha sido una constante hasta el fin de la Guerra Fría, pero los líderes europeos actuales no comprenden ese mundo, están en otro mundo si se quiere más liberal frente al realista que estábamos comentando antes de la competición por la seguridad y el poder. Los europeos siempre se habían fijado más en el proceso de integración, las normas internacionales, las negociaciones, pero realmente han perdido la capacidad de pensar estratégicamente y sobre todo de entender cómo funciona el resto de potencias y el resto de regiones del sistema internacional, y es algo que ya se vio en la crisis ucraniana de 2014, cuando no se esperaban tampoco la reacción que iba a tener Vladimir Putin. Y el problema no solo es la falta de recursos o de voluntad política para la propia defensa. En el caso de España no hablamos de Rusia, sino de Marruecos, es algo que se ve perfectamente. Los líderes europeos han perdido la capacidad para pensar estratégicamente y para entender cómo funciona el sistema internacional fuera de la UE.

¿Cree que las sociedades europeas son excesivamente pacifistas o 'buenistas' para saber afrontar estas situaciones?

Creo que habían perdido la capacidad de percepción de amenazas exteriores. Tras los años 90 nos hemos vuelto muy dependientes de EEUU, que es quien estaba sosteniendo la seguridad en Europa durante todas estas décadas. Si Estados Unidos ahora mismo no estuvieses habría que ver lo que sucedería. Sería conveniente que se educase un poco más en este aspecto, no solo en pacifismo versus militarismo, pero sí que las sociedades europeas como España, por ejemplo, o Alemania, porque Francia y Reino Unido son un poco más conscientes, tuvieran una mayor cultura de la defensa o por qué es importante gastar recursos en política exterior y seguridad. Porque no solo hay que preocuparse de las políticas sociales sino también destinar recursos a este tipo de cuestiones. Quizás los europeos se tengan que replantear las cosas a este respecto.

Estados Unidos ya ha advertido de que está cansado de ser la policía del "mundo libre", como lo llaman ellos.

Esto ha sido un debate importante en EEUU. Se han quejado mucho de que mientras ellos gastaban en defensa los europeos se empleaban en el Estado del bienestar o infraestructuras, mientras las de Estados Unidos se quedaban atrasadas. Ahora mismo Biden estaba intentando sacar adelante un paquete de infraestructuras, incluso con apoyo de los republicanos. El presidente Trump no acabó con la OTAN, la criticó bastante, pero sus esfuerzos fueron más orientados a que los aliados gastasen más en Defensa.