El comercio online entra con fuerza en los pueblos

G. ARCE
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Las empresas de reparto mantienen una actividad por encima del 20% con respecto al pasado año y se han visto obligadas a establecer más rutas por la provincia, sobre todo para atender a Las Merindades

Imagen de archivo del arranque de la jornada en la nave de distribución de Seur en Gamonal. - Foto: Alberto Rodrigo

El comercio electrónico y, por extensión, el sector del reparto de mercancías a domicilio viven un año excepcional con la pandemia, que marcará un antes y un después en este floreciente negocio. En los últimos siete meses, la paquetería ha soportado la brusca caída de la actividad inmediatamente después de decretarse el estado de alarma en marzo, el incremento de pedidos de hasta un 40% durante el final de la primavera y el verano y la constatación de que el inicio de la segunda oleada de contagios arranca con un 20% más de actividad que el pasado año y con un crecimiento exponencial de los pedidos desde los hogares del Burgos rural.

El sector online y las empresas de reparto son un servicio esencial. Se sienten la punta de lanza de la crisis y siguen creando empleo (repartidores, personal en naves, etc.), aunque reconocen que su situación privilegiada no es reflejo de la evolución del consumo -que no se ha recuperado- sino de un cambio de hábitos propiciado por la situación sanitaria «que ha llegado para quedarse».

Así, el ritmo de compra online no tiene nada que ver con el offline. Se compra desde casa, no en la calle, y el concepto ‘casa’ incluye los hogares urbanos y, desde hace unos meses, también los rurales. Buena parte del crecimiento exponencial de la actividad de compra y reparto de pequeñas mercancías que se vive en Burgos los últimos meses se centra en los pueblos, refugio de una nueva población que huye de los confinamientos, las limitaciones de movimientos y los riesgos de contagio.

Así, las mismas costumbres de compra que se tenían en la ciudad se han trasladado al pueblo. «Esto ha disparado los repartos rurales entre un 30% y hasta un 40%, lo que ha obligado a crear nuevas rutas, emplear más vehículos y más profesionales», explica Jesús Martínez, responsable de Seur en Burgos, compañía que ha sumado entre 8 y 10 rutas más de trabajo diarios para cubrir toda la geografía provincial, lo que también ha tenido reflejo en un aumento del empleo.

El principal foco de reparto se ha centrado en la comarca de Las Merindades, donde la población procedente de las grandes capitales vascas, especialmente de Bilbao, ha explotado, y con ella los pedidos a domicilio. «Antes acudíamos una o dos veces por semana a algunos pueblos del norte de la provincia, ahora son todos los días». 

Se complica así en extremo la denominada ‘última milla’, el acceso al domicilio por parte del repartidor. «Somos una provincia muy extensa con pueblos que distan de la capital 80 o 90 kilómetros. Tenemos problemas para distribuir y se están implantando fórmulas como la creación de puntos de entrega donde el cliente va a recoger sus pedidos, aunque aún son minoritarios».

Previsiones. La segunda oleada de contagios y las amenazas de nuevos confinamientos no están teniendo, por ahora, reflejo en el número de pedidos. «Estamos un 20% por encima de los que se realizaban el pasado año, pero el volumen de trabajo no llega al experimentado los meses de verano».

Martínez considera que mientras las familias tengan a sus hijos en colegios, institutos y universidades, seguirán asentadas en su domicilio principal y no optarán por segunda residencia.

Por contra, mientras perduren los problemas en la hostelería seguirán los pedidos de comida a domicilio, tanto el transporte de productos gourmet entre provincias, como el pedido superurgente de comida recién elaborada a domicilio, que viven el boom de los riders sobre dos ruedas, especialmente las noches de los fines de semana y festivos.

No está ocurriendo lo mismo en lo que hasta hace unos años era el negocio tradicional de las empresas de reparto, el traslado de mercancías entre empresas industriales y comerciales, que sigue «bastante parado». 

«Estamos en un momento de incertidumbre total y de compás de espera, pensábamos que habíamos derrotado a la covid cuando la realidad nos ha puesto en nuestro sitio. El problema de salud y de política llevará a más confinamientos, que afectan a la movilidad y que afectan a todo, también a la movilidad y el consumo. Hay actividad pero mucho miedo entre nuestros clientes», reflexiona Raúl García Saiz, presidente de la Asociación de Empresarios de Agencias de Transportes de Cargas Fraccionadas (Atcaf).

La Asociación reúne al 70% de las empresas de reparto de la provincia (como Seur, DHL, lntegra 2, CBL y otras más) con el 80% de los trabajadores del sector. Son más de  100 empleados en plantilla directa a los que hay que sumar un importante número de autónomos y pequeñas empresas que operan para las compañías asociadas. En total mueven más del 80% de la paquetería generada en Burgos, miles de pedidos diarios.  

sector. El número de operadores en el sector del reparto se mantiene estable, aunque son posibles concentraciones de compañías en un futuro próximo. Es difícil que entre más competencia, salvo grandes operadores internacionales, porque se necesita una infraestructura logística, de vehículos y personal muy importante para mantener atendida a una demanda que no deja de crecer.  

Además, el precio de expedición para la venta online es muy bajo, requiere de mucho movimiento para la poca rentabilidad que genera una mercancía pequeña. No se puede competir en precio pero sí en volumen de mercancía, algo reservado a las grandes compañías. 

Además, la extensión del reparto al mundo rural ha multiplicado kilómetros y tiempos y desplomado aún más la rentabilidad. Es previsible que en el futuro el coste de las expediciones discrimine los grandes núcleos urbanos de los pequeños pueblos, pues el sector considera imposible mantener un precio único para todo tipo de expediciones.

En este contexto de negocio y baja rentabilidad, no es previsible más demanda de suelo industrial para instalar nuevos complejos logísticos en Burgos. «El metro cuadrado para una empresa de reparto es muy caro por el poco tiempo que se utiliza. Necesitas muchos metros de nave para apenas dos horas de uso para distribuir mercancía, con lo cual se tiende a reutilizar las mismas instalaciones con sucesivas oleadas de mercancía y diferentes horarios en las rutas».   

Pese a estas dificultades, el presidente de Atcaf considera que el sector de la logística «tiene futuro y los proyectos van a salir en los próximos años».