Infante: «Poder jugar algún minuto sería espectacular»

R.M.
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El burgalés Ángel Infante, la gran novedad de la expedición del Hereda San Pablo, muestra su satisfacción tras haber entrado en la lista para el partido de este miércoles en Brindisi

Ángel Infante, durante un entrenamiento con la primera plantilla en el Coliseum. - Foto: @SanPabloBurgos

Ángel Infante es un burgalés de 22 años que ha visto cumplido uno de sus sueños, formar parte de la convocatoria del Hereda San Pablo en un partido de Basketball Champions League. El equipo burgalés jugará mañana en Brindisi e Infante es uno más en la expedición del actual campeón. Desde que Alex Renfroe se lesionó es habitual en los entrenamientos del primer equipo -también trabajó a las órdenes de Peñarroya en pretemporada-. Ayer le llegó la recompensa. Le confirmaron que formaba parte de la lista de citados. La guinda sería el debut. 

«Tener la oportunidad de jugar algún minuto sería espectacular. ¿A quién no le gustaría debutar con el equipo de su ciudad? Entrar en una convocatoria era algo que no me imaginaba y más en la Champions, competición que el equipo ha ganado la pasada campaña», señala.

Era algo que ni se había imaginado, aunque reconoce que en la Liga Endesa vio cerca esta posibilidad en el choque ante el Fuenlabrada, en el que un brote de coronavirus diezmó a la plantilla azulona. Sin embargo, no pudo entrar en la lista al no ser sub-22 y se quedó con las ganas. «Ese día pensé que tenía opciones de entrar en la lista. Jugar es algo que creo que aún ni he soñado», responde ilusionado.

Tras su periplo en Ponferrada regresó a Burgos para tener minutos, reencontrarse con su juego y aportar su granito de arena al filial en la Liga EBA, por lo que asegura que lo que le está sucediendo supera sus expectativas».

Quiere aprovechar la oportunidad para «aprender en cada entrenamiento». «En la plantilla hay mucha experiencia. Es increíble trabajar junto a ellos. Quiero mejorar cada día y ayudar al equipo en lo que pueda. El ambiente es genial y el nivel se nota. Todos tienen una marcha más, van a tope y es complicado estar a su ritmo», concluye Infante.