Suspenso en el primer parcial

J.C.M.
-

El proyecto más ambicioso del Burgos Club de Fútbol acaba la primera vuelta en la zona media de la clasificación, alejado de los puestos de play off a los que aspiraba a principios de temporada

Los jugadores del Burgos agradecen el apoyo de la grada en El Plantío tras una de las derrotas sufridas. - Foto: Jesús J. Matías

Si la trayectoria del Burgos CF se evaluara académicamente, el resultado en el primer parcial del curso sería un suspenso. Falta la nota final, que será en mayo, pero en la primera vuelta del campeonato, que concluyó el pasado domingo contra el Barakaldo, no ha cumplido con las expectativas que generó el proyecto más ambicioso en la historia del club, con un gasto en plantilla cercano a los cuatro millones de euros.

A estas alturas el análisis de los errores cometidos por el Burgos Club de Fútbol al inicio de la temporada son evidentes. Y las consecuencias quedan reflejadas en la clasificación, decimocuarto, con 23 puntos, más cerca del descenso que del play off, objetivo mínimo para esta temporada.

La planificación deportiva fue errónea desde el primer minuto de la pretemporada. La familia Caselli, que aterrizó en el club a comienzos de junio, delegó esta tarea en un director deportivo argentino, César Traversone, que fue el encargado de confeccionar el equipo, con algunas aportaciones del entrenador, Fernando Estévez. Traversone, con unas posibilidades económicas brutales, desconocidas en esta ciudad, pero con un conocimiento del mercado de Segunda B discutible, hizo una de las plantillas más descompensadas de los últimos años, con carencias evidentes y parches de última hora que no solucionaron nada. «Es imposible que una plantilla funcione si tiene más delanteros que defensas», decía un conocedor del club que trabaja en el mundo del fútbol.

Y así fue. Traversone despreció la figura del lateral izquierdo y de otras posiciones que han resultado letales. Se apostó por veteranos como Toché, Pisculichi o Machín. El primero llegaba del Oviedo pero con pocos partidos en su última temporada y los otros dos aterrizaban desde Argentina sin saber nada de la Segunda B. Luego llegaron jóvenes sin experiencia y algunos que evidentemente no valían para esta categoría. Solo el fichaje de Juanma o la continuidad de futbolistas como Borja o Undabarrena se han salvado de la quema, con otros fichajes como Aitor Córdoba. Aparte está el caso de Andrés, lesionado y que ha hecho un esfuerzo mayúsculo por ayudar al equipo.

Después de una pretemporada irregular, llegó la Liga y la cruda realidad. El Burgos no era competitivo y se vio desde la primera jornada. Fernando Estévez fue la primera víctima, después de sumar una victoria en las siete primeras jornadas. Se fichó a Salmerón, uno de los entrenadores con mejor currículum de la Segunda B, pero los milagros no existen en el fútbol y después de un inicio de etapa esperanzador llegaron las decepciones, con seis partidos sin ganar y un bochorno final en Leioa (5-0).

El parón de las Navidades frenó la sangría y la familia Caselli anunció refuerzos en el mercado de invierno. De momento han llegado tres y por delante resta toda la segunda vuelta, en la que el primer objetivo es salvar la categoría. Ahora mismo, objetivos más ambiciosos están muy lejos de la realidad.

 

NUEVOS REFUERZOS
El Burgos Club de Fútbol ha cerrado la incorporación de dos nuevos jugadores para su plantilla. Se trata de Miki Muñoz y Carlos Matías Rosales. El primero es un mediocentro catalán que la pasada campaña jugó en el filial del Valencia. Y el segundo llega desde Argentina, de la cantera del Boca Juniors.

Miquel Muñoz nació en Blanes (Girona) el 13 de abril de 1995 y juega en la posición de mediocentro. Formado en las categorías inferiores del Girona, en infantiles fue reclutado por el Real Madrid, con el que llegó a debutar en segunda División B.

En 2015 fichó por el L’Hospitalet, en Segunda División  B, con el que jugó 29 encuentros con solo 20 años de edad. La siguiente temporada dio un paso en su carrera y fichó el un histórico, el Lleida. Y en 2016 su buen rendimiento llamó la atención del Valencia, que se lo llevó a su filial. Allí ha estado dos campaña, acumulando un total de 57 encuentros.

El mayor problema que tiene sin duda el fichaje de Miki Muñoz es que llega sin jugador ni un solo partido en los últimos meses, ya que estaba sin equipo y necesitará tiempo para coger la forma, tiempo que no le sobra al Burgos CF.
rosales. La llegada de Carlos Matías Rosales es diferente, y parece claramente una apuesta de futuro de la familia Caselli.

Con 20 años, procede de la cantera de Boca Juniors. Es mediocentro y ha sido internacional sub 20 con Argentina. De hecho, fue uno de los elegidos para acompañar a la selección absoluta en una gira de amistosos celebrada en Rusia.

Las dos últimas campañas ha jugado en el equipo reserva de Boca Juniors. Ahora el Burgos CF debe gestionar toda la documentación necesaria para poder tramitar su ficha.

En principio está previsto que ocupe el puesto de Kleber en la plantilla de José María Salmerón.

Con la llegada de estos dos futbolistas el Burgos CF completa tres nuevas incorporaciones después del fichaje de Rubén Lobato, que llegó hace una semana y debutó en El Plantío el domingo frente al Barakaldo. En las próximas horas se esperan nuevas incorporaciones a la plantilla burgalesista.