Para contar el mundo entero

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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La periodista burgalesa María Grijelmo publica 'Claves para un periodismo feminista', un libro que se propone servir de guía para incluir con justicia a las mujeres en el relato de la realidad que cuentan los medios. Se presenta este lunes en Burgos

María Grijelmo, hace unos días, en la UBU, tras hablar con estudiantes de 2o de Comunicación Audiovisual. - Foto: Luis López Araico

«Cuando entendí el feminismo y empecé a leer a autoras feministas». No duda ni un segundo María Grijelmo (Burgos, 1964) al contestar cuando se le pregunta por el momento en el que empezó a fraguarse el proyecto en el que ha trabajado durante tres años y que ahora, en forma de libro, acaba de llegar al mercado. Claves para un periodismo feminista (Editorial Fundamentos) es el resultado, cuenta, de superponer su oficio, el periodismo, y su manera de estar en el mundo, el feminismo: «En el momento en el que te pones las gafas moradas, como bien saben todas las que se las han colocado, ves las cosas de una manera diferente y, entre estas cosas están los contenidos de los medios de comunicación. Entendí que el buen periodismo tiene que ser feminista, así que empecé a buscar qué había publicado sobre ello y lo que encontré fueron, sobre todo, guías enfocadas hacia el tratamiento informativo de la violencia de género, que es importantísimo, pero no hallé otras que incorporaran esta visión de una forma más transversal al resto de los contenidos informativos». 

Así que ha escrito el libro que querría haber encontrado como lectora y profesional y cuyo público objetivo es bien amplio. Claves para un periodismo feminista está pensado tanto para los profesionales que están dentro de los medios, «que saben que el proceso de aprendizaje no acaba nunca», como para los estudiantes de Periodismo o Comunicación Audiovisual, de manera que tengan «herramientas para hacer informaciones que tengan en cuenta a la totalidad de la población y su especificidad». «También he pensado muchas veces que le puede servir a todas aquellas personas feministas que a veces se encuentran con prejuicios y topicazos que no son capaces de desmontar porque no tienen el dato», añade.

¿A qué se refiere? Pues, por ejemplo, a la idea errónea de que las redacciones están llenas de mujeres: «No somos ni el 50%. Y esto es solo un dato, el libro está lleno de ellos respaldados por fuentes de autoridad que hacen que se visualice la desigualdad, de tal manera que quien lo lea va a tener un montón de datos a disposición para el momento en el que necesite argumentar contra esos prejuicios y tópicos de siempre».

Aunque es consciente de la carga negativa que aún tiene el término 'feminista' en algunas partes de la sociedad -«probablemente por incomprensión o desconocimiento»- tuvo claro que iba a formar parte del título del libro: «Hay que reivindicar la palabra feminismo. Creo que si lo hubiera ocultado hubiera sido un oxímoron, una pura contradicción, porque lo que busco es que se destaque la necesidad de la visión de género para poder hacer un buen periodismo. Por otro lado, quiero pensar que todo lo que viene detrás de esa portada está escrito con todo el rigor del que he sido capaz , así que si a 'feminismo' le ponemos detrás datos, fuentes y argumentos como para cimentar un rascacielos quizás pueda ayudar a que no dé tanto miedo y se le quiten todo lo que ensucia la palabra, que viene, insisto, del desconocimiento».

Claves para un periodismo feminista -prologado por Carolina Pecharromán, editora de Igualdad en Televisión Española-, incluye toda la legislación existente en materia de igualdad y las recomendaciones de entidades nacionales e internacionales a los medios, aclaraciones sobre qué son los estereotipos o qué es sexo y qué es género, un glosario básico sobre el movimiento feminista o explicaciones sobre dónde y cómo están las periodistas en los medios. 

Habla, por supuesto, del lenguaje inclusivo, más allá del «compañeras y compañeros», de la utilización de las imágenes y, por supuesto, del tratamiento de la violencia machista, en la que incluye la pornografía y la prostitución. Construye, además, una suerte de gran periódico con sus secciones: Internacional, Deportes, Economía, Educación o Sanidad... planteando en cada una de ellas qué preguntas son pertinentes hacerse a la hora de abordar un tema con perspectiva de género y datos que pueden ayudar a hacerlo mejor. Y todo ilustrado con ejemplos reales de buenas prácticas en medios tanto nacionales como locales. También hay lugar para los tirones de orejas como en el titular La elegancia imprevista de la ministra de Trabajo de Podemos: el estilo de Yolanda Díez, de 'El Español', o la imagen publicada por 'El País' el 28 de abril de 2009 donde aparecían únicamente los traseros de la reina Letizia y de la entonces primera dama francesa Carla Bruni.

«El feminismo persigue la igualdad real de oportunidades entre mujeres y hombres. El periodismo, como actividad al servicio de la libertad de expresión y la democracia controla al poder económico y político y defiende los derechos individuales y colectivos frente a la voracidad del dinero. Si el periodismo no incomoda, son relaciones públicas; si el feminismo no revuelve el statu quo, es postureo: juntos son una bomba de relojería que debería impactar en el centro de la cultural patriarcal».

Claves para un periodismo feminista se presenta el lunes, 29, en el Teatro Principal a las 19 horas.