El interés por el alquiler en vez de la compra de una vivienda era ya notable antes del estallido de la pandemia. Durante los meses -incluso años- previos a marzo de 2020, muchos burgaleses optaron por convertirse en inquilinos antes que suscribir una hipoteca. El inicio de la crisis sanitaria y su derivada económica no ha hecho sino acrecentar esa tendencia, que ha provocado que en estos momentos se registren precios históricos en la capital.

Así se desprende del último informe elaborado por Idealista. Según el portal inmobiliario, el coste medio del metro cuadrado de la vivienda en alquiler en Burgos alcanzó en abril los 7,7 euros. Trasladado a un piso tipo de 85 m2, la renta mensual es de unos 654,5 euros. Este techo, al que ya se llegó en marzo, no ha variado durante los siguientes 30 días. «En España todos eran propietarios hace 30 o 40 años pero ahora la tendencia ha cambiado. Llevamos un tiempo que se ha incrementado la ocupación de la vivienda a través del arrendamiento», confirma José Muñoz, presidente de la Cámara de la Propiedad Urbana de Burgos. La inestabilidad laboral que se ha desatado con la pandemia, asegura, ha provocado que muchos burgaleses renuncien a las hipotecas en favor de las rentas.

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