Daniel Pérez es un orensano de 33 años que llegó a Burgos para construir con su pareja un proyecto de vida y hace casi un lustro se incorporó a Arroyo Bus para desarrollar una profesión que lleva en las venas, la de conductor de bus. «Es algo que me gusta de siempre. Desde chiquitín me ha atraído el mundo del transporte y de los autobuses», resume.

Este profesional es la excepción en un momento delicado para las empresas porque no encuentran relevo en sus plantillas. «No sé qué pasa», señala Pérez. «A lo mejor es porque aquí te tiras muchas horas pendiente del trabajo y eso no gusta», expone.

Cubrir servicios de noche, fines de semana... no es para todo el mundo y las nuevas generaciones no acaban de enganchar. «Quizá se han acomodado y no quieren dar lo mejor de sí mismos para trabajar», expone este apasionado de los autobuses.

Para Daniel Pérez compaginar los horarios de su rutina laboral con la vida personal «no supone un problema». «Intento compatibilizarlo, sobre todo sábados y domingos. Igual solo hago un par de servicios por la mañana y el resto del día lo tengo libre para mí».

Ni siquiera se plantea optar a un volante en los buses urbanos. «Prefiero esto.Allí estas las ocho horas en el vehículo y aquí tienes ratos para hacer tus cosas», comenta. «Contento» con su día a día en Arroyo Bus, Pérez no duda en animar a los jóvenes a probar suerte en su profesión. «Les diría que, por lo menos, den la oportunidad a las empresas de transportes. Luego ya se verá», concluye.