Un espejo en el que mirarse

ARSENIO BESGA
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Las hazañas conseguidas en la Copa del Rey por el Mirandés de Pouso y de Iraola guían el camino de los rojillos en esta edición. Tanto en el año 2012 como en 2020, el conjunto jabato llegó a disputar las semifinales

A la izquierda: Pablo Infante celebrando un gol contra el Racing de Santander. / A la derecha: Matheus Aiás, junto a Guridi, tras anotar en la visita del Celta de Vigo a Anduva. - Foto: Alberto Rodrigo y Truchuelo

Los aficionados de Anduva siempre se han mostrado fieles a su equipo. Año tras año apoyan al club de la ciudad y cada temporada cosechan innumerables y gratos recuerdos. Ahora bien, si se echa la vista atrás en la última década han existido dos grupos de rojillos a los que se les guarda un cariño especial. El Mirandés que alcanzó la semifinal de la Copa del Rey en 2012, y el que lo hizo en el año 2020, quedaron grabados a fuego en el imaginario de los jabatos.

Esta temporada, tras aparecer algunas dudas por los resultados, el Mirandés pretende ilusionar de nuevo a su estadio. Para hacerlo, el equipo deberá mirar a sus antecesores y aprender de las dificultades a las que tuvieron que hacer frente.

La escuadra comandada por Carlos Pouso en el curso 2011/2012 fue un rodillo en la competición liguera. Aquel Mirandés disputaba la segunda división B y arrasó hasta el punto de clasificarse como primero y terminar ascendiendo a la élite del fútbol. 

Pese a la superioridad de esos rojillos en la competición regular, la Copa del Rey no resultó un reto fácil. Tras vencer al Amorebieta (0-1), a la Balompédica Linense (3-1) y al Logroñés (1-3), los de Miranda se plantaron por sorpresa en dieciseisavos. Ahí comenzó la hazaña. 

El club de Miranda recibió en la ida al Villarreal y cosechó un empate a uno. En la vuelta, los jabatos vencieron con un intachable cero a dos. Pasaron de ronda y, en la siguiente ocasión, le tocó al Racing de Santander sufrir la presión de Anduva. El Mirandés eliminó con un parcial de tres a uno a todo un primera.

La euforia apareció justo después, cuando el azar quiso que el Espanyol de Pochettino se topara con el 'matagigantes'. En esa eliminatoria el Mirandés se halló al borde del precipicio, pero un tanto de Caneda en el 93 de la vuelta certificó su pase a la semifinal. En ese paso anterior a la gloria, los rojillos no tuvieron demasiada suerte. El Athletic de Bielsa salió de San Mamés para visitar Anduva. Pese a lo que cabía anticipar, los leones no lograron matar el cruce en la ida, pues solo vencieron uno a dos. No obstante, los vascos aceleraron en la vuelta. Seis a dos, fin del sueño.

Como en la actual temporada, el Mirandés dirigido por Andoni Iraola dio sus primeros pasos de una forma bastante titubeante. Aun con ello, rápidamente se recompusieron y, es más, por momentos parecía que podían aspirar al Play Off de ascenso a primera división.

En su proeza copera, los jabatos contaron con un factor que antaño no existía: el partido único hasta semifinales. De esa manera, el Coruxo (4-5), el UCAM Murcia (2-3), el Celta de Vigo (2-1), el Sevilla (3-1) y el Villarreal (4-2) salieron del torneo por culpa de un atrevido Mirandés.

Como ocurrió en 2012, desde el País Vasco llegó a Miranda un gran club que se hallaba en una forma excepcional. La Real Sociedad de Imanol, que terminaría ganando el torneo, se impuso por dos a uno en Anoeta y por cero a uno en Anduva.

La plantilla de 2012 tenía sendas diferencias con la actual y con la de 2020. También, la de Iraola posee cierta distancia con la de Escobar. Sin embargo, las tres comparten algo: Anduva las lleva en volandas.