El puente de la Constitución y de la Inmaculada Concepción está siendo «bastante más flojo de lo esperado» para los hoteles burgaleses. Las previsiones eran muy positivas hace unas semanas y los empresarios esperaban llenar sus habitaciones el sábado y el domingo, pero una avalancha de cancelaciones de reservas a última hora ha chafado al sector.
«Se han producido anulaciones durante esta semana muy por encima del peor cálculo. El índice de cancelaciones que puede haber en la ciudad en un fin de semana normal se sitúa entre el 16 y el 18%. En este, el porcentaje subió hasta el 50%», lamentó ayer el presidente de la Asociación de Alojamientos Turísticos de Burgos, Luis Mata.
La patronal hotelera burgalesa achaca la pérdida de turistas a varios factores combinados. «Las previsiones meteorológicas de aquí eran malas. Si lo unimos a las buenas temperaturas del sur y a la apertura de las estaciones de esquí tenemos un caldo de cultivo muy malo. Además, con el miedo a la covid-19 se enturbia todo más», explicó Mata, que cifró la ocupación general en un 60% durante la noche del viernes y en un 85% «en el mejor de los casos» en las jornadas de ayer y anteayer. Hoy estima que el 60% de las habitaciones tendrán huéspedes y mañana, solo un 50%. «Estos datos, en condiciones normales, tendrían que haber sido entre un 15% y un 20% superiores», concluyó.
CATEDRAL Y MORCILLA. Los turistas que no anularon su viaje a última hora vinieron hasta las tierras del Cid atraídos por el patrimonio cultural y la gastronomía. «Nos hemos acercado para ver la Catedral, hacer un free tour y para probar la morcilla típica de aquí», explicó ayer el andaluz AntonioGarcía, el portavoz de un grupo de amigos procedentes del sur de la península. Su visita a Burgos formaba parte de un viaje por varias ciudades de Castilla y León y únicamente tenían previsto permanecer unas horas a orillas del Arlanzón.
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