Una desmantelada Unidad del Sueño cita a pacientes para 2025

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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La plantilla de este área de Neumología -que fue referente nacional e internacional de la mano de Joaquín Terán y Mariluz Alonso, ambos prematuramente fallecidos- ha quedado reducida a la mitad

La Unidad de Sueño, en mayo de 2017, cuando tenía 18 personas en plantilla.

Nunca contó con apoyo institucional pese a que lo que se hizo desde el principio en la Unidad del Sueño de Burgos -primero en el Hospital General Yagüe y después en el HUBU- fue siempre espectacular, tanto desde el aspecto asistencial como del de la investigación. Su creador y responsable, el neumólogo Joaquín Terán, partió de lo más alto. En 1999, la revista científica de mayor impacto mundial The New England Journal of Medicine no solo publicó sino que también editorializó sobre su investigación junto a Antonio Jiménez, del Hospital Marqués de Valdecilla, de Santander, y a José Cordero, entonces epidemiólogo de la Gerencia de Atención Primaria de Burgos, que vinculaba inequívocamente la apnea de sueño con los accidentes de tráfico, un trabajo del que se hicieron eco todos los medios del mundo. En las dos décadas siguientes la Unidad no haría más que crecer, mejorar la vida de más de 20.000 pacientes (no solo con apnea sino con otras patologías como insomnio, síndrome de piernas cansadas, narcolepsia o terrores nocturnos en niños), formar en medicina del sueño a 2.000 profesionales y lograr cada vez más prestigio y credibilidad por su producción científica, que prácticamente le permitió ser autosuficiente al financiarse de becas y ayudas que conseguían de entidades públicas y privadas. Su equipo en 2017 estaba formado por 18 profesionales de distintas especialidades de medicina, enfermería, biología e informática.

El nivel de excelencia estaba en lo más alto -tenía, por ejemplo, un convenio con la Universidad de Chicago a través del cual se obtuvo la base de datos más grande del mundo sobre niños y apnea del sueño- cuando Joaquín Terán enfermó y falleció en julio de 2018, con apenas 60 años. Dos años después, la también neumóloga Mariluz Alonso, experta internacional en apnea de sueño infantil y que había sustituido a su esposo al frente de la Unidad, también moría, a los 51. Desde entonces, este área se encuentra prácticamente desmantelada ya que otra de las neumólogas que fue también desde el principio parte de la columna vertebral de este proyecto, Estrella Ordax, se marchó del HUBU a la Unidad del Sueño de Vitoria con la que la de Burgos siempre trabajó muy estrechamente. Ahora el departamento está irreconocible: la plantilla de 18 sanitarios que tenía hace cinco años se ha quedado en dos neumólogos, un neurofisiólogo, dos intensivistas pediátricos a tiempo parcial y cuatro enfermeras, según informa el hospital.

La trágica y prematura desaparición de Terán y Alonso y el hecho de que Neumología, servicio al que está vinculada la Unidad de Sueño, fue una de las tres especialidades más implicadas en la atención a la covid durante la pandemia, con el trabajo que ello supuso, ha hecho que su situación sea de las peores el HUBU: la semana pasada se estaban dando citas a los pacientes para marzo del año 2025, es decir dos años y cuatro meses para personas, sobre todo, con sospecha de apnea de sueño, una patología que compromete gravemente la salud si no se pone en tratamiento.

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