Maya Ayuso Wood tiene 23 años, una inteligencia que queda patente en cuanto entra en la conversación y una fortaleza vital que no ha logrado minar del todo los dos años que ha pasado en Jaca, en la Unidad de Montaña del Pirineo Occidental que el Ejército tiene en la localidad oscense. Es valenciana, de madre escocesa, lo que también imprime carácter.
Maya nunca había oído hablar de un pequeño pueblo perdido a 8 kilómetros de Sargentes de la Lora, pero desde hace un mes ese paisaje rodeado de montes escarpados, vegetación y patrimonio es lo que ve desde la casa que comparte con Mario Hernández. Para este, sin embargo, las calles empinadas de San Andrés de Montearados, el olor a miel y a manzanas, el rojo de los tomates, el arroyo del Rebollar o la ermita de la Virgen de la Brasoñera no guardan secretos; ha vivido muchos veranos en el pueblo de donde es la familia de su madre, que emigró al País Vasco en la década de los 50 del siglo pasado.
Mario ha pasado más de tres años en Jaca, desde los 18 hasta los 22 que tiene actualmente. Allí, entre ascensiones interminables y duros ejercicios físicos conoció a Maya. Juntos transitaron un camino del que ahora quieren olvidarse para seguir por otros senderos y en busca de otras oportunidades.
(El reportaje completo, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)