Rosalía Santaolalla

Sin entrar en detalles

Rosalía Santaolalla


La salud

06/02/2023

Paso de vez en cuando. Cuando voy caminando, siempre miro al vacío que ha quedado entre bloques de viviendas. Es una parcela enorme, sin ocupar todavía, pero yo puedo ver aún el edificio que se levantaba allí. El lugar donde nació mi hija y, cuatro años y medio más tarde, murió mi padre. Por edad, no tengo memoria de cuando en algunas calles -ahora céntricas- de la ciudad había huertas, o cuarteles, pero sí la suficiente como para que la Residencia Sanitaria, 'las 300 camas' como lo llamaban en mi casa, se convirtiera en una parte fundamental de mi vida. Mi padre murió por culpa de un cáncer de páncreas que se instaló, sigiloso, en su cuerpo, con solo diez años más de los que tengo yo ahora. Los cirujanos hicieron maravillas que no fueron suficientes. Ellos, el servicio de Oncología y el equipo de Paliativos nos demostraron por qué la sanidad pública es un tesoro que nunca se tiene que dejar de defender, esté uno en el paro, cobre el salario mínimo o tenga millones en la cuenta corriente. 

Un año antes de la pandemia, atravesaba la Plaza Mayor cuando una de mis mejores amigas me llamó por teléfono para contarme que le habían detectado un tumor. En aquel momento eché de menos algo para apoyarme. La cosa pintaba complicada, pero lo habría sido mucho más si no hubiera estado incluida en un programa de prevención de cánceres hereditarios. No ha sido un camino fácil, pero ahí está, seguramente leyendo esta columna y haciendo planes para viajar en Carnaval. Para que ese tipo de programas preventivos, la detección precoz, los cribados, la atención psicológica, la investigación y todo lo relacionado con la lucha contra el cáncer aumente y mejore, hace falta un compromiso serio y a largo plazo de las administraciones. Hace unos días una figura de relevancia pública aseguró que la salud, la física y la mental, es una prioridad. No fue Errejón. Ni Almodóvar. Fue la reina Letizia. Puede que a algunos no se lo parezca, pero en esto nos va la vida a todos.