Juan Ángel Gozalo

Plaza Mayor

Juan Ángel Gozalo


Matar al mensajero

27/01/2023

Matar al mensajero es una frase metafórica que se refiere al acto de culpar a los emisarios de malas noticias. En la antigüedad muchos de esos voceros acababan sin cabeza o encarcelados porque al tirano de turno no le gustaban los contenidos. Salvadas las distancias y con efectos menos cruentos, esta práctica de atacar al mensajero, en este caso a los periodistas, se ha convertido en habitual de los políticos populistas españoles, desde belicosos caudillos de Vox hasta iluminados ayatolás y sobradas ministras de Podemos, pero lo más preocupante es que Pedro Sánchez, señalados miembros y miembras de la cuota socialista de su ejecutivo y también la cúpula orgánica del PSOE están sucumbiendo a la tentación. No pueden poner mordaza a las redes sociales, pero sí quieren manipular y controlar contenidos de esos medios, convertirlos en simples diarios de avisos, silenciar críticas, ocultar mentiras o hacer comulgar al respetable con ruedas de molino… como ocurre en las dictaduras. Pongamos que hablo de Venezuela, Cuba, Nicaragua, China, Rusia, Corea del Norte…

Analizando algunos boicots a medios, ocurrencias legislativas, declaraciones y peregrinas propuestas sobre sospechosos verificadores y supervisores gubernativos me da la impresión que a Pablo Iglesias, Ione Belarra, Irene Montero o mismamente Santiago Abascal, Iván Espinosa de los Monteros, Javier Ortega Smith… parece evidente que todos ellos -los extremos se tocan- sienten nostalgia de la extinta prensa del Movimiento. Les gustaría tener y disponer de aquellos periódicos que eran órganos oficiales del franquismo y reinstaurar la censura previa. 

No solo es el hostigamiento, la auténtica violencia política, el acoso y los ataques indisimulados y sistemáticos a periodistas y medios sino también el cerco a la libertad de prensa y de expresión, pero hoy como ayer el cuarto poder en España, como en el resto de países democráticos, tiene la inestimable función de criticar, denunciar y decirle al Gobierno de turno y, en definitiva, a los políticos aquello que no quiere escuchar en defensa del interés del público. Es la grandeza y el deber de la prensa libre e independiente..