La Unión Europea puso en marcha hace un tiempo el programa Copernicus, encargado de la observación y monitorización de la Tierra. Tomando como base los datos que ha recabado este servicio y las estimaciones realizadas, el Observatorio de la Sostenibilidad asegura que la temperatura media de la ciudad de Burgos se ha incrementado 1,22 grados en el periodo 1900-1918 frente al 2000-2019.

El caso de la capital no es para nada excepcional, ya que es tan solo una de las seis decenas de urbes más pobladas de España donde el calentamiento es una realidad. De media en el territorio nacional el mercurio ha subido 1,31 grados en el último siglo, aunque con variaciones significativas. Por un lado Córdoba anota el alza más exagerado, ya que sus vecinos soportan ahora casi 2 grados (1,99 para ser más exactos). Le sigue otra localidad andaluza, Linares (Jaén), donde el termómetro se eleva 1,98 grados más. Cuenca, con 1,88 grados más, es la que completa las tres primeras posiciones.

En el otro lado de la balanza se encuentran tres ciudades gallegas: tanto en Santiago de Compostela como en A Coruña el mercurio 'solo' ha subido en un siglo 0,76 grados, mientras que Vigo registra un incremento de 0,77 grados. «Las evidencias indican que las temperaturas y los efectos del cambio climático están aumentando en todo el país y no se están tomando las medidas necesarias de adaptación», lamenta Fernando Prieto, director del Observatorio para la Sostenibilidad.

Volviendo de nuevo al capítulo burgalés, la ciudad se encaja en el furgón medio de subida de temperaturas. Ocupa la posición 32 de 59 grandes urbes. Por delante de Burgos se sitúa Valladolid, con un +1,25 grados, mientras que seguidamente va Salamanca con un +1,19. 

Conocimiento. «La importancia de la investigación para determinar con mayor exactitud las acciones que hay que realizar para adaptar las ciudades al cambio climático y la necesidad de extender las buenas practicas entre ciudades», apunta Mario Mingarro (CSIC).

 La población española que ya ha estado sometida al aumento de las temperaturas ha pasado de 14,29 millones de personas en las dos primeras décadas del siglo XX a 15,61 en las del XXI.