Ha sido uno de los proyectos mejor valorados y financiados de cuantos se presentaron a la línea de ayudas de Erasmus + que potencia las buenas prácticas en el ámbito educativo y que sostiene económicamente el Fondo Social Europeo. Se llama, en inglés, Inclusive Digital Education for Autistic People Learning (Educación digital inclusiva para el aprendizaje de personas con autismo) pero sus responsables ya lo llaman por su acrónimo, IDEAL, y tiene como objetivo recortar la brecha digital de las personas con autismo, fundamentalmente de las que tienen unos niveles cognitivos más bajos y en contextos de formación. La Universidad de Burgos (UBU) y la Fundación Miradas en alianza a través de la Cátedra Miradas por el Autismo van a recibir 399.000 euros en los próximos tres años para trabajar en esta iniciativa cuyo resultado será una plataforma de intervención educativa y de apoyo que será abierta y accesible a las personas con autismo, sus familias y los profesionales que trabajan con ellas. 

La idea parte de un estudio de necesidades -hecho en Burgos, que se ha replicado en la universidad chilena Andrés Bello y que aún no se ha publicado- realizado por la Fundación Miradas que quiso analizar la repercusión de la pandemia en este colectivo. «Este trabajo, en la línea de otras publicaciones revisadas, ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad que les supuso el confinamiento, sobre todo a las personas con autismo con más discapacidad intelectual y con un nivel cognitivo más bajo, y la necesidad de repensar con qué apoyos cuentan, porque durante aquellos meses de marzo, abril y mayo de 2020 las familias se encontraron con muchas dificultades para seguir ayudando a sus hijos con autismo a pesar de todo el esfuerzo que hicieron», explica el profesor de la Universidad de Burgos, José Luis Cuesta, experto en este trastorno del neurodesarrollo. 

La investigación también ha destacado la necesidad de formación en el campo de la tecnología de la información y la comunicación, precisamente por esas dificultades de acceso que tienen las personas con mayores dificultades cognitivas y comunicativas para poder utilizar los recursos que hay en la red. Y es que la Fundación Miradas, que nació para asegurar la atención de las personas con autismo cuando los padres ya no estén, se centra no solo en el apoyo jurídico a las familias sino en la investigación e innovación, razón por la cual ha llevado a cabo este estudio e impulsa el proyecto europeo junto a la UBU.

La iniciativa cuenta, además de la universidad y la fundación con socios de Serbia, Portugal y República Checa, Autismo Europa (que hará la labor de transferencia y difusión) y la empresa burgalesa Abadía Tecnológica, que dará el soporte técnico. A lo largo de los próximos tres años se va a trabajar con grupos focales conformados por familias, profesionales y personas con autismo para conocer, a través de cuestionarios, los principales obstáculos que se han encontrado. Después se categorizarán, las necesidades se transformarán en áreas de intervención y entre todas las partes se diseñará el programa que será implementado a través de una aplicación tecnológica. 

«Habrá guías con recursos de formación y apoyo tanto para las familias como para los profesionales ya que una de las necesidades más evidentes es la capacitación digital, y otras de cada una de las áreas de intervención con recursos y orientaciones para que las familias de las personas con autismo sepan cómo intervenir con ellas en contextos de confinamiento, además de una recopilación de las aplicaciones tecnológicas más adecuadas a las necesidades de estas personas», añade Cuesta.

Erasmus+ es el programa de la Unión Europea que tiene como objetivo el apoyo de la educación, la formación, la juventud y el deporte en Europa y actualmente cuenta con un presupuesto de más de 26 millones de euros para apoyar buenas prácticas en estos campos. Para el período 2021-2027 hace especial hincapié en la inclusión social, las transiciones ecológica y digital, y el fomento de la participación de los jóvenes en la vida democrática.