Un artículo académico ubica en Burgos tres sectas esotéricas

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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Los reclamos que utilizan son cursos de meditación y autoconocimiento, que son semanales y gratuitos, o la venta del delirante libro 'Hercólubus o planeta rojo', sobre un planeta que causará «la destrucción de la Humanidad»

A este libro, que lleva más de veinte años anunciando el fin del mundo, se accede de forma gratuita.

Huele profundamente a incienso y está oscuro. Al fondo del pasillo se atisba una luz y una puerta medio abierta. Dentro, una decena de personas escuchan atentamente las explicaciones de un hombre de mediana edad. Está hablando de  «cosas elevadas» y «de hacer de la vida, con el paso del tiempo y con práctica, una corriente continua  de meditación y observar lo que vamos metiendo a nuestra psiquis, a la mente tenemos que nutrirla de  impresiones que no nos perjudiquen, sin ir al fanatismo». Habla el conferenciante -que solo se presenta con un nombre de pila- de muchas cosas a la vez: de lo difícil que es sostener la posición de loto para meditar, de que la conciencia es generosa «pero el ego no», de los diferentes tipos de mente «o mentalidad» que existen, una de ellas, «la mente material» que hace que quienes la tienen solo se creen lo que dice la ciencia y desprecian incluso a las mascotas, de los sueños y su significado, de viajes astrales, del karma y cómo actúa y, por supuesto, de que el 99,9% de los humanos no son conscientes de nada de lo que está ocurriendo. Al parecer, solo unos privilegiados lo saben, entre los que no sería raro que se encontrara el propio ponente.

Los presentes le escuchan con atención e incluso le apostillan. Se produce una pequeña conversación con un oyente sobre cómo los grandes visionarios fueron tachados de locos en su momento y pone como ejemplo a Einstein «porque fue mal estudiante». En la pizarra hay un esquema -con alguna falta de ortografía- sobre asuntos diversos, todos profundos e inaccesibles a cualquier mente que solo quiera creerse lo que ve. No es una charla cualquiera. Si atendemos a la experiencia de Luis Santamaría, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) y autor del trabajo académico Los grupos gnósticos procedentes de Samael Aun Weor en España, estamos ante un reclamo que puede hacer que algunas personas vulnerables se introduzca en una secta.

El acceso a esta reunión, que se celebra en Burgos todos los lunes, es gratuito.  Se anuncia como un curso de meditación y autoconocimiento -promovido por el Instituto Gnóstico de Antropología de Burgos- en carteles que pueden verse por las calles, que incluyen los asuntos que se abordan: «El trabajo con la mente y las emociones, la relajación, la concentración, la sabiduría de los sueños, el silencio interior, etc...». ¿Qué riesgo corren estas personas? Santamaría afirma que el fundamental es el del proceso que va viviendo el nuevo adepto sin ser consciente de ello: «Acude por interés a unas charlas sobre temas determinados... y por un proceso sutil de captación y adoctrinamiento acaba formando parte de un grupo que realiza rituales secretos y obsesiona a sus miembros con la práctica de la magia sexual (coito sin eyacular) como forma de salvar el mundo del cataclismo que viene», todo ello acompañado de una separación gradual de la familia y de una visión obsesiva e irracional de la realidad. De hecho, se han conocido casos de personas que han acabado con problemas psiquiátricos importantes».

Santamaría recoge en su investigación Los grupos gnósticos procedentes de Samael Aun Weor en España que tres de ellos se ubican en Burgos: Centro de Estudios del Autonocimiento, Instituto Gnóstico de Antropología y Litelantes y la Asociación Cultural Alcíone, que en su día fue muy activa en la promoción del delirante libro Hercólubus o planeta rojo, que lleva anunciando el fin del mundo desde 1998 sin éxito hasta el momento.  Este experto se duele de que en los últimos tiempos han aparecido en la ciudad carteles instando a hacerse con esta publicación «aprovechándose del Camino de Santiago». Es cierto. En estos afiches se puede leer, junto a una imagen de la ruta: «El Camino que sigues... está dentro de ti... es el camino del despertar de la conciencia. Eliminando los defectos psicológicos, de instante en instante, damos pasos firmes que nos acercan a la meta, nuestro real ser».

El gnosticismo es una teoría que surge a finales del siglo XIX  y que sostiene que el ser humano «vive como dormido, olvidado de su origen divino y rodeado de yoes o egos, demonios que impiden su autorrealización» y que «para salir de este estado de alienación está la gnosis, única redentora». Y el camino que propone su promotor, Samael Aun Weor, es la «revolución de la conciencia con tres pasos fundamentales: la muerte mística, el nacimiento alquímico, que es la transmutación de las energías negativas a través de la magia sexual, que consiste en tener relaciones sexuales sin eyacular y el sacrificio por la humanidad por la adquisición del conocimiento».