Si hay un jugador que todavía no ha tenido la oportunidad de demostrar su potencial de los once que conforman la primera plantilla del Hereda San Pablo, ese es Andrija Marjanovic. El escolta, formado en las categorías inferiores del Barcelona, comenzó la pretemporada con el resto de sus compañeros pero tuvo que regresar a su país, donde un trámite burocrático le impidió volver a España en el tiempo previsto. Una ausencia en las primeras semanas del proyecto que, él mismo reconoce, han dificultado su adaptación al nuevo club y al resto de sus compañeros. 

«Al principio fue difícil porque el equipo había jugado ya varios partidos amistosos antes de que yo regresara a Burgos. Ya se conocían unos a otros antes de empezar la temporada. Por eso, desde que llegué, está siendo un poco difícil entrar en los sistemas. El país es nuevo, los compañeros son nuevos, la liga es nueva. Es más difícil encontrar tu sitio en el equipo pero espero que, con el tiempo, encuentre mi rol», confía el serbio, que se muestra tranquilo por el hecho de que «el entrenador confía en mí». «Paso a paso», añade.

Incide en que la principal causa por la que todavía no se ha hecho un hueco en la rotación de Paco Olmos es la «química», más que cualquier faceta deportiva. «El equipo tiene que unirse, los jugadores tienen que conocerse unos a otros... y yo me perdí esa parte, que es la parte más importante de cada pretemporada. Creo que, con el paso de los partidos, lograremos esos objetivos e irán llegando las victorias», explica el exjugador azulgrana, que aunque ya estuvo en España, fue hace muchos años.

«Jugué con el Barcelona en mi etapa cadete y en júnior, así que ésta es la primera vez que estoy jugando en un equipo sénior en España», reconoce.

«Ahora, lo primero que quiero es ganar a Andorra. Después de ese partido espero que todo sea más sencillo, para el equipo y para mí», reconoce el que, junto a Mahalbasic y Corbalán, es el único debutante de la plantilla en la LEBOro.