El avance ruso sobre Donetsk parece ya imparable. Y, por eso, el Gobierno de Ucrania ordenó ayer la evacuación obligatoria de la región, donde los invasores continuaron con sus duros ataques para tratar de hacerse con el control de la zona. 

Dando ya por perdido ese territorio del este de la nación, el presidente del país, Volodimir Zelenski, pidió a los habitantes que aún no lo han hecho -unos 200.000, según los cálculos de Kiev- que tomen por sí mismos la decisión de salir de Donetsk, asegurándoles que contarán con asistencia completa, tanto logística como económica.

«Muchas personas se niegan a irse, pero realmente hay que hacerlo», manifestó el mandatario, antes de señalar que cuantos más habitantes abandonen la zona en este momento, «menos personas tendrá tiempo de matar el Ejército ruso». Asimismo, instó a convencer a aquellos vecinos que no quieren dejar sus viviendas. «Convéncelos de que deben irse, especialmente si son familias con niños. Si tienes la oportunidad de ayudar a los desplazados, hazlo», insistió.

«Salid de ahí. Os ayudaremos. No somos Rusia... porque, para nosotros, cada vida cuenta», añadió.

Zelenski repitió el reconocimiento que varios países han hecho de Rusia como estado terrorista, especialmente EEUU, «más como una defensa efectiva del mundo libre que como un gesto político».

Pavlo Kyrylenko, jefe de la administración militar de Donetsk, informó, por su parte, de que a lo largo del mes de julio han muerto en la región como resultado de los ataques rusos un total de 662 personas y otras 1.711 fueron heridas.

Además, Kiev anunció la muerte del empresario Oleksei Vadaturskyi, uno de los hombres más ricos del país, en un bombardeo ruso «deliberado» sobre su vivienda en la localidad de Mikolaiv, al sur de Ucrania.

Vadaturskyi era, a través de su compañía Nibulon, uno de los mayores productores de cereal de Ucrania y una «persona clave» en la región.