"Es chocolate, pruébalo", le decía una señora a su nieto para convencerle de que probara la morcilla durante la feria en honor a este producto celebrada el pasado fin de semana en Quintanar de la Sierra. El pequeño pronto supo que no se trataba de dicho dulce, aunque también quedó fascinado con el sabor de su nuevo descubrimiento. Y es que, como explica Ángel Antón, de Productos El Peñedo, se puede comparar con las torrijas. "Cuando te dicen que es morcilla automáticamente piensas que es salado", asegura, y esa es la principal razón por la que sorprende tanto en el momento de degustarlo.
Es un alimento tradicional y que en ningún otro sitio se realiza como en Quintanar de la Sierra, ya que como explica Luis Alberto Simón, cocinero de El Cenador, se hacía siempre en casa. Los ingredientes eran manteca, sangre, canela y azúcar. En cuanto a la forma de elaborarlo reconoce que no se ha modificado, aunque asume que "antes igual era más artesanal, más manual, y ahora está un poco más mecanizado". Antón explica el proceso que hay que seguir: se coge miga de pan, se hace sopas, se cala con la sangre y después se añade canela, manteca y azúcar.
En cuanto a la forma de realizarlo, se sigue haciendo de forma tradicional. "La gente intenta hacerlo de manera más práctica, antes tardaban más en hacerlas porque no existían algunos métodos que se utilizan ahora", desarrolla el cocinero de El Cenador. Y no solo tiene hueco como postre este manjar. Simón comenta que el año pasado ya ofreció una clase magistral donde la introducía en diferentes platos. Así, explica que también se puede utilizar como guarnición de ensaladas o combinar con el pescado o con la carne. "Da mucho juego, pero es un poco arriesgada en la cocina salada y también por el desconocimiento da un poco miedo trabajarla", expone.
La morcilla dulce "llama mucho la atención porque no es muy conocida en la provincia de Burgos ni en España", manifiesta Montserrat Ibáñez, alcaldesa de la localidad. Coincide con sus palabras Luis Alberto Simón, que cree que la peculiaridad que tiene es que "en Burgos es la única zona donde se sigue haciendo y se comercializa". "Es típica aquí en Quintanar y en la comarca, y la clave para que la gente siga viniendo es que hacemos cosas muy buenas", explica Ibáñez, orgullosa de conservar esta costumbre.
Además, durante la jornada del pasado sábado, los vecinos también tuvieron la oportunidad de asistir a un taller para aprender a realizar este producto y conocer de primera mano cómo se realiza. Mayores y pequeños disfrutaron realizando una actividad que era muy frecuente en todas las casas hace unos años y que con el tiempo ha ido perdiendo peso, pero que la localidad ha conseguido exaltar con gran acierto. "Lo que hemos intentado en esta feria es darla a conocer y mostrar cómo se hacía", explica Simón. Y es que llegó a suponer un alimento directamente relacionado a oficios como el de carreteros, para lo que era necesario obtener la gran cantidad de nutrientes que posee.
El Cenador, Camping Río Arlanza y Casa Ramón son los restaurantes que colaboraron en la V Feria de la Morcilla, además de los establecimientos que hicieron posible la ruta de la tapa. Sin embargo, la alcaldesa también desarrolla que a esta edición acudió un poco menos de gente que en las anteriores, y cita como posible consecuencia el cambio de fecha, ya que en esta ocasión se ha realizado en el mes de enero cuando lo habitual era organizarlo en diciembre. Y es que declara que ya después de Navidad acude menos gente a Quintanar, coincide con muchas fiestas en pueblos de alrededor y el tiempo tampoco acompañó. A pesar de ello, el salón, que acogía unos doce puestos, se encontraba prácticamente lleno.