¿Que los recursos judiciales que amenazan la Feria Taurina prosperan…? ¡No importa…! El Ayuntamiento buscaría maletillas para organizar una corrida de toreo de salón con carretones con cuernos. Fuentes sin confirmar, anuncian, que si los empujadores fuesen consejeros de Vox, no se suprimiría la suerte de banderillas. ¿Que los hosteleros burgaleses no pueden soportar el modelo de Feria de Tapas que les quieren imponer…? ¡No importa…! La Concejalía de Festejos mantendría su intención de sacar la comida a la calle contando con otras entidades. Sor Citroën cedería su gastroneta para que las clarisas de Belorado repartiesen trufas durante la ofrenda floral a Santa María La Mayor. ¿Que los vecinos de la avenida de Cantabria se quejan del ruido de las barracas…? ¡No importa…! El Ayuntamiento las trasladaría a Fuentecillas ¡Huy…! ¡No…! ¡Perdón…! A la Sedera. ¡Huy…! ¡No…! ¡Perdón…! A Villatoro.

Los barraqueros burgaleses otorgarían el premio abuelo del año al primero de los nuestros que llegase, éste, caminando con sus nietos al recinto. Y es que así las Ferias y Fiestas de Compañero Pedro y Compañero Pablo serían mandarino-progresistas. Los danzantes se llamarían danzantas. Los tetines, tetinas. Los gigantillos proclamarían la república y someterían a los Reyes Católicos, los Caciques Amerindios, los Califas, los Emperadores de la China, y cualquier otro gigante de cartón, patriarcal o monárquico. La romería del Parral se sustituiría por una marcha endocrino-solidaria por el camino de Villargamar. La cecina con cebolla, por titos con berza.

Las botas de vino del desfile de las peñas, por botijos con agua de la Fuente de la Salud. Y los tradicionales preservativos de látex y poliuretano, quién no odia el plástico, se reemplazarían en el concierto de Tom Jones, por los de ganchillo que Jacques Carelman patentó en los setenta. La medida más creativa, no obstante, sería el cambio de horario de las sesiones de Fuegos Artificiales. Las mismas fuentes sin confirmar afirman que el nuevo régimen estaría planteándose adelantarlas a las doce del mediodía, para conciliar el derecho al sueño. Un modelo que llegaría por imposición. ¡Heil, firmes…! Como bien sabe el Ayuntamiento. La violencia se aprende…