800 kilómetros para reunirse con la covid

P.C.P.
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Emilio aceptó una oferta de trabajo y el mismo día viajó de Cádiz a Santa María del Campo. Contrato de un mes, sin librar y con todos los ancianos contagiados. ¿Irrechazable? Para él sí

800 kilómetros para reunirse con la covid - Foto: Jesús J. Matías

Los andaluces son unos vagos. Los jóvenes solo piensan en salir y divertirse. La gente prefiere quedarse en casa con la ‘paguita’ que trabajar en lo que le salga. No hay que rebuscar mucho para encontrar a gente que pronuncie alguna de estas tres frases con aplomo. O las 3 de carrerilla. Incluso en la tribuna del Congreso. Pero tampoco hay que ir muy lejos para demostrar su falsedad. Con darse una vuelta por Santa María del Campo, se caen las 3 de una tacada.

Emilio vino de Cádiz; antes estuvo en Lleida y Murcia. Alba busca dinero para, a sus 20 años, poder continuar sus estudios. Y Silvia se ha reciclado como administrativa para realizar atención sociosanitaria. Los tres buscaban trabajo y los tres aceptaron sin dudar entrar en una residencia que estaba tomada al asalto por la covid-19.

Y sin descanso, porque  llevan 15 días sin librar en El Almendro, un centro con 25 plazas para mayores de la comarca que estaba completo hasta que la pandemia se coló para llevarse sin opción a despedida a 4 usuarios y dejar en casa a la mayoría de la plantilla.

Dositeo Martín, alcalde y presidente del patronato que gestiona el centro, e Ismael Santos, director, se vieron con la urgencia de buscar personal de reemplazo.  Casi desesperan, amén de comprobar cómo empresas de servicios trataban de sacar tajada de su necesidad. Tras mover la oferta por redes familiares y sociales, consiguieron hacer 6 contratos directamente con los trabajadores, porque prefieren que el beneficio sea para el trabajador y no para grandes grupos empresariales. Eso sí, externalizaron el cátering y la limpieza para volcar todo el esfuerzo humano en la atención a los mayores.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)