Tenía solo ocho años cuando supo que su futuro pasaría por la investigación. Dos series de televisión fueron las culpables en ese momento de quererse dedicar a comprender el universo. Comenzó su carrera cuando cursaba un máster en Física en la Universidad Federal de Río Grande, en Brasil, orientando su trabajo a la alfabetización científica de la ciudadanía. Sostiene que la brecha de género existe en el mundo universitario, «basta ver el porcentaje de catedráticas», si bien asegura que «en mayor o menor medida» se ha encontrado a lo largo de su carrera con las mismas trabas que «muchas colegas». No obstante, pone el foco en una cierta «invisibilidad» respecto a «opiniones o visiones que no son escuchadas completamente o no con idéntica atención a las planteadas por hombres».
Por todo ello, valora de forma muy positiva este tipo de ránkings porque «sirven no solo para darnos visibilidad hacia la sociedad en general, sino también para que nosotras mismas nos reconozcamos y tomemos conciencia de otras excelentes investigadoras». «A veces es fácil perderse en una larga lista de científicos», reconoce, intentando aconsejar a la cantera que «mejoren su autoconcepto, incluyendo su autoestima y su eficacia». Para mejorar la situación, aboga por revisar los libros que se utilizan en Educación Primaria y Secundaria, incluyendo más figuras y referentes femeninas.
La Universidad de Burgos le brindó la oportunidad de continuar su carrera investigadora, destacando en este sentido el apoyo recibido a la hora de solicitar proyectos tanto nacionales como internacionales. La presencia de profesionales de la institución académica en la clasificación del CSIC la valora de forma favorable para el tamaño de la misma, si bien admite que «podríamos ser más». Es aquí donde hace referencia a la base de datos con la que se ha confeccionado, que tiene en cuenta el número de citaciones de los artículos publicados, lo que, en su opinión, lleva a que determinadas áreas de conocimiento no se encuentren lo suficientemente representadas, como es caso de las humanidades. «Se prestan menos a ese volumen de citas aunque la calidad sea alta», sostiene, mostrando su total confianza en que la presencia de investigadoras de la UBU se incrementará en próximas ediciones, debido a que «en los últimos años se han ido incorporando excelentes jóvenes al plantel del Personal Docente e Investigador», y reconociendo que supone un «honor» figurar en esa clasificación.