«La investigación engancha; siempre quieres saber más»

B.G.R.
-

María Cruz Ortiz Fernández es catedrática de Química Analítica y profesora emérita de la UBU

«La investigación engancha; siempre quieres saber más» - Foto: Jesús J. Matías

Comenzó a trabajar en la Universidad de Burgos en 1989; primero como asociada y después ya de titular hasta conseguir la cátedra. El pasado mes de septiembre se jubiló pero no por ello se desvinculó de la docencia y la investigación, tareas que realiza en la actualidad como profesora emérita de la Facultad de Ciencias. Figura en el primer puesto del ránking del CSIC dentro de la institución académica, un resultado que «no me lo esperaba» y que revela que 38 de sus artículos, recogidos tanto en revistas de alto impacto como en otro tipo de publicaciones, acumulan este mismo número o más de citas por parte de otros autores. De la presencia de otras compañeras en la clasificación, destaca el volumen de las que se dedican al ámbito de la Química, como es su caso, o de la ciencia de los alimentos. «Creo que son bastantes», asegura respecto a esta veintena de perfiles.

 Siempre tuvo claro que quería estudiar una carrera, a pesar de que podía haberse conformado con la oposición de auxiliar administrativo que aprobó con tan solo 20 años. «Yo tenía la vida resuelta e, incluso, la gente me decía que por qué no hacía Derecho», explica, añadiendo que si algo tenía claro era su inclinación hacia las ciencias. Recuerda que en su determinación final pesó mucho la frase que escuchó a una profesora cuando era alumna del instituto López de Mendoza: «Nos inculcó que si queríamos hacer algo en la vida podíamos conseguirlo. Ese fue el germen». Con esa voluntad compaginó su entonces vida laboral con los libros y el nacimiento de dos de sus tres hijos hasta terminar Química, una de las opciones que más le atraían con el añadido de podía cursarla en Burgos. Pero no se quedó aquí, sino que al terminar realizó el trabajo de fin de licenciatura, conocido como tesina, y después la tesis doctoral.

Nunca ha dejado de investigar. Incluso cuanto no contaba con contrato o este era precario. «Una vez leí que la investigación es una querencia. Te engancha, quieres saber más, te lo pasas bien y no necesitas otra afición», sostiene, sin que por ello reconozca inconvenientes como la falta de tiempo libre. En su extensa carrera asegura no haberse encontrado con ninguna traba por el hecho de ser mujer, si bien agrega que hubo momentos en los 80 en los que la industria buscaba perfiles de hombres en su campo. Cree que ya no se dan este tipo de situaciones y que el problema radica en facilitar la conciliación, echando en falta medidas como la existencia de guarderías en las universidades.