Héctor Jiménez

Plaza Mayor

Héctor Jiménez


La joya debe lucirse

01/08/2022

Tengo grabada en la retina aquella imagen. Yo nunca había estado en Burgos y pisé las orillas del Arlanzón por primera vez de madrugada, como parada técnica de un viaje de instituto que nos llevaba a cruzar media España en autobús. Era 1994.

Íbamos todos medio dormidos, incluso más atontados de lo normal para una excursión de adolescentes, cuando alguien dijo en voz baja: «la catedral de Burgos». Estábamos (eso lo sé ahora) coronando el Nudo Landa y ante nosotros apareció, detrás de la circunvalación, la silueta de la ciudad. 

Era una masa oscura sin nada que destacar excepto una mole ahí abajo, más bien tirando a la izquierda, con aspecto de gigante entre tantas casas bajas. Las torres y las agujas de la seo parecían decir «aquí estoy yo», demostrando su poderío, pero envueltas casi en la misma penumbra que todos los alrededores. Y recuerdo que todos aquellos chavales pensamos: pues qué mal iluminada está.

Veintiocho años después, nada menos, la maravilla del gótico castellano sigue con un sistema de alumbrado tan pobre que el Ayuntamiento se va a tener que gastar casi un millón de euros en enmendarlo. Y bienvenido sea, porque ya era hora. Llevamos una década escuchando que había un proyecto, en 2012 los responsables municipales llegaron a presentarlo y después cayó en el olvido, al cajón de lo «no prioritario», que en el caso de la administración equivale a decir al del País de Nunca Jamás.

La joya de la que todos los burgaleses presumen y ante la que cualquier turista se admira recibió un espléndido lavado de cara durante su proceso global de restauración, pero aquello no fue acompañado de la consiguiente modernización de su alumbrado, y una maravilla así también hay que lucirla (nunca mejor dicho) por las noches. Así lo ha demostrado la iluminación ornamental que ha tenido durante el VIII Centenario pero que se concibió como algo temporal, a lo que ahora por fin se le dará la continuidad que no solo merece sino que exige.

Algunas ciudades, como las personas, son más resultonas cuando no hay luz diurna y se ven menos los defectos. No será el caso de Burgos, no me malinterpreten, pero también hay que estar a la altura cuando cae el sol y salen todos los gatos pardos.