La Torre de Miranda vuelve a ser noticia. En este caso no por la polémica expropiación de parte de sus terrenos, sino por los actos vandálicos que desde hace tiempo se suceden en el complejo residencial. Cuando parecían solucionados los problemas generados por el botellón adolescente, una fiesta ilegal que acabó con un policía agredido y hospitalizado puso otra vez en el foco a esta céntrica urbanización hace poco más de un mes. El último episodio ha sido el ataque sufrido por cuatro coches y una moto en la madrugada del domingo. «No podemos tener una semana tranquilos; esto ya parece el Bronx», asegura un vecino, cansado de escuchar cada poco tiempo las sirenas de la policía en su portal.
Los ruidos que procedían de la calle cerca de las cuatro de la mañana llevaron a uno de los propietarios a asomarse al balcón. Según explicaba ayer a sus compañeros de escalera, escuchó a un grupo de chavales y como un globo pincharse. A los pocos segundos otro sonido igual y luego otro. No era un globo lo que estaba perdiendo aire, sino las ruedas de cuatro coches que habían sido rajadas con un arma blanca.
Cuando bajó a la calle, encontró a tres jóvenes escondidos en un portal, al parecer del autor del acto vandálico, que también había querido atacarles. Al menos fue la versión que brindaron a los agentes cuando llegó la patrulla, aunque la investigación para determinar con más exactitud lo sucedido sigue abierta (...).
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