Suspenden de empleo y sueldo a un empleado municipal

J.M.
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El trabajador municipal utilizó la red social Facebook para arremeter contra el gerente de Deportes y el encargado de turno. En sus alegaciones se ratificó en las acusaciones contra sus superiores

El Servicio Municipal de Deportes está ubicado en el número 3 de la avenida del Cid. - Foto: Luis López Araico

El Servicio Municipalizado de Deportes del Ayuntamiento de Burgos se ha visto forzado a sancionar con tres meses de empleo y sueldo a un trabajador que a través de la red social Facebook insultó tanto al gerente del área como al encargado de turno. El castigo es el más duro de los que se contempla para situaciones de este tipo ya que se ha considerado «especialmente grave por la trascendencia» que tiene realizar las acusaciones a la vista de cualquier persona en internet y dañando «la dignidad humana o laboral» de los afectados.

En la resolución se detalla una conversación en Facebook del trabajador con el jefe del Gabinete de la Alcaldía, el exconcejal del PSOE, Antonio Fernández Santos, en la que el empleado de Deportes presume de haberse dirigido en el pasado al gerente del servicio en tono ofensivo. «Menos guapo le he llamado de todo, por eso es por lo que no me puede ver».

El trabajador cuenta que cuando se encuentra con el superior por la calle éste «se cambia de acera» y coge el teléfono «como si estuviera hablando» para evitar el contacto. A lo que añade que cuando vuelva a vivir esa misma situación y esté «con el teléfono mirando un escaparate» para hacerse el despistado «le llamaré, en vivo y telefónicamente, tonto, hijo de puta y perseguidor». En cuanto al encargado de turno, relata que «la primera vez que me cagué en su puta madre, en su puta jeta, le dije que aquí había un antes y un después que se llamaba armario y curiosamente se convirtió en un malva. Hasta el punto de que se hizo amigo mío y me mandó al taller a vivir como un general».

Cuando habla del armario, el empleado lo que hace es acusar a sus superiores de quitarle un mueble de este tipo que tenía en las instalaciones del Servicio Municipalizado de Deportes. Y añade que el gerente dio orden al encargado de que «entrase en mi vestuario personal a hurtarme mis enseres». Eso lo que hizo fue que «me convirtieran en un loco y por eso creo y pienso, desde la cordura que me falta o que me queda, que esos dos individuos son unos hijos de puta, perseguidores y amenazadores». 

El trabajador, al que se le dio la oportunidad de dar explicaciones, presentó un escrito en el que afirma que «mientras no se convoque una reunión para resarcir más gratamente todos los agravios, no dejarán de ser unos perseguidores, unos tiranos y unos hijos de puta, indistintamente del grado jerárquico que posean». A lo que añade que «todo lo expresado y lo que me guardo en el tintero vengo a resolverme que con los 90 días (de sanción) no pagan ustedes, ni con mucho, todos los agravios y amenazas que vierten contra mi persona».

El comité de empresa no presentó alegaciones ante la decisión del Consistorio burgalés sobre el inicidente en cuestión.