El acoso escolar se dispara en Burgos con 91 incidencias

B.G.R.
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El pasado ejercicio se confirmaron 17 casos y otros 18 de 'ciberbullying' de todos los investigados

La conflictividad ha crecido desde que estallara la pandemia hace tres periodos lectivos. - Foto: Luis López Araico

Los últimos datos que se conocían sobre la convivencia en las aulas correspondían al curso que fue interrumpido por la pandemia (2019-2020), cuando se produjo un ligero descenso de los casos de acoso escolar respecto al ejercicio anterior, con 41 investigados, tres confirmados y un ligero aumento hasta los trece del llamado ciberbullying. Con la mitad de ese periodo lectivo impartido de manera online, la vuelta presencial a las aulas en septiembre de 2020 incrementó el número de conflictos, disparándose después respecto al año pasado.

El estudio correspondiente a los dos últimos cursos, presentado por la Consejería de Educación, revela ese crecimiento de las incidencias en colegios e institutos burgaleses, con especial atención al acoso entre alumnos, ya sea físico o a través de las nuevas tecnologías. La Administración regional estudió en el último curso (2021-2022) 91 conductas, frente a las 65 del anterior, lo que representa un incremento del 40%. Del total, se confirmaron 17, siete más que en el mismo periodo comparado, mientras que la mayor subida en términos absoluto se produjo en el ciberacoso, que ha pasado de siete a dieciocho.

Se trata de la provincia con mayor número de casos confirmados, que junto a las de Valladolid y León, impulsan la cifra global en el conjunto de la Comunidad, con 64 y 75 (acoso y ciberacoso, respectivamente) detectados principalmente en Primaria y Secundaria, según la Junta. La posición de las aulas burgalesas queda ratificada en el volumen total de incidencias contabilizadas, donde se incluyen desde los desafíos al profesorado hasta amenazas y agresiones tanto a docentes como a personal del centro y la disrupción escolar, que suele aglutinar la mayor parte de la conflictividad y comprende aquellos comportamientos que dificultan las tareas educativas, repercutiendo de forma negativo en el rendimiento propio o de la clase.

En el curso 2020-2021, el 70,5% de los centros de la provincia y capital comunicaron incidencias, de los cuales 75 se produjeron en dotaciones públicas y 26 en concertadas. Dicho porcentaje se ha elevado de igual forma respecto al periodo lectivo posterior, cerrándose el 2021-2022 en un 74,1% o 103 problemáticas comunicadas por colegios e institutos. Se trata de una proporción que se mantiene en los últimos años, ya que en el que estalló la pandemia fue del 72,66%.

Por género. Las cifras presentadas por la Consejería de Educación analizan también los perfiles del alumnado conflictivo. En términos generales y en el conjunto de la región, los chicos siguen protagonizando seis de cada cuatro conductas, que se tratan de corregir con distintas medidas como la apertura de expedientes o los procedimientos de acuerdo abreviado, que suponen el reconocimiento de las faltas cometidas y la aceptación de la sanción por parte del alumno y de sus padres o tutores. Es aquí donde cobra especial relevancia el papel del profesorado y de los propios estudiantes, que se convierten cada vez con más frecuencia en mediadores del episodio conflictivo con resultados favorables en no pocas ocasiones.

Las actuaciones para mejorar la convivencia continúan incrementándose. Proyectos de centro, plan de acción tutorial, cursos y talleres formativos o campañas son algunas de las acciones desarrolladas. Durante el ejercicio 2020-2021, el instituto Doctor Sancho de Matienzo, de la localidad de Villasana de Mena, ha ejecutado planes de mejora a través de la tutorización emocional entre sus alumnos.