La boda real más divertida

P.C.P.
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Más de 500 personas podrán asistir gratis el sábado en Quintanapalla a la representación del enlace entre Carlos II y María Luisa de Orleans, con un texto adaptado por Ronco Teatro

Javier Lozano, Raquel Contreras, Ana Ortega, Fernando Román, Andrés García y Juan Ignacio Martínez (detrás). - Foto: LUIS LÓPEZ ARAICO

Ellos no nacieron siendo reyes, sino campesino Fernando y dama Ana. Pero un amor de otro siglo les ha llevado a coronarse como protagonistas de Camino de Amores, la recreación histórica más atípica de cuantas se ponen en escena en la provincia, gracias al toque humorístico que aporta la adaptación de Ronco Teatro.

«Ana y Andrés García han versionado la obra de fray Valentín de la Cruz para que podamos disfrutar todos», fiel a la historia pero «divertida y muy distendida», según explica Juan Ignacio Martínez, presidente de la Asociación Cultural San Esteban de Quintanapalla y concejal de Festejos. La plaza de la Iglesia está preparada para acoger a más de 500 personas este sábado, gratis y con «muy buen pronóstico del tiempo», a partir de las 10 de la noche para aprovechar el juego de luces y contrastes.

Andrés García ofreció unas pildoritas de la vis cómica que ha insuflado al texto de fray Valentín, fallecido durante la pandemia y para quien tuvieron un cariñoso recuerdo en la presentación. Que si el rey  estaba de acá para allá todo el rato, solo pensando en tener un heredero como le habían dicho, que si al cabildo le trajeron loco y el obispo falleció, «no sabemos si de un pampurrio», que si lo de María Luisa de Orleans no fue precisamente un amor a primera vista, «Carlos II era lo que era, tenía sus... precariedades», no en vano fue el último de los Austria... «Por qué no se va a quejar alguien de lo feo que era Carlos, aunque fuera rey. Los reyes cagan y mean», replicó el firmante de la adaptación junto a Ana García, que como Ronco Teatro también dirige la puesta en escena.

Pero como en la vida, no todo fueron risas en la rueda de prensa. «Un abrazo al pueblo de Monasterio de Rodilla, que está pasando duros momentos», apuntó el alcalde de Quintanapalla, Javier Lozano, en alusión al accidente en el que falleció un vecino de 30 años y resultaron heridos otros dos. Además, reconoció que «ha sido complicado volver a ilusionar a la gente» después de dos años de parón.  
Tanto el alcalde como Martínez ensalzaron el esfuerzo vecinal por sacar adelante la decimocuarta edición de Camino de Amores, que también sirve para mantener el vínculo de muchos nacidos en Quintanapalla con la localidad.

«Le damos una vida al pueblo fuera de la época estival», ya que «gracias a esto, muchos que no viven todo el año en el pueblo se acercan al pueblo a ensayos, talleres, costura, decorados... No hay tantos eventos que junten a tanta gente durante tiempo, y más en un pueblo pequeño», recalcó el presidente de la Asociación San Esteban.

Aunque los preparativos comenzaron mucho antes, a mediados de mayo se pusieron a ensayar en serio al ver que la pandemia despejaba el camino y que los reyes ya mayores, a los que dan vida Constantino Gómez y María Ángeles Arnaiz, iban a poder por fin asomarse a esa ventana de los recuerdos desde la que contemplan a su yo de 1679 en las que probablemente hayan sido las seis horas más locas en la historia de Quintanapalla.

Fernando Román empezó con 6 años y tras pasar por varios papeles el sábado dará vida a un rey con texto «muy rico en detalles». Ana Ortega también acumula tablas desde los 13 años y ahora, con 28, sucede a su madre en el papel principal de reina. Ellos no olvidan la historia de su pueblo.

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