Los alumnos que comparten aula con los robots

I.P.
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Los colegios Virgen de las Eras de Santibáñez Zarzaguda y Los Ángeles de Miranda participan en un proyecto de investigación que tiene como objetivo determinar el funcionamiento de la robótica aplicada a la educación

Los escolares trabajan con un kit de piezas de lego que ellos mismos programarán para que realicen diversas funciones. - Foto: Alberto Rodrigo

Los colegios Virgen de las Eras de Santibáñez Zarzaguda y Los Ángeles de Miranda de Ebro se ponen a la vanguardia de los nuevos modelos de educación del siglo XXI, con la introducción de la robótica en las aulas, metodología en la que el centro mirandés tiene una amplia experiencia ya que viene trabajando con ella desde hace un par de cursos, y al que ahora se incorpora en centro del Valle de Santibáñez. 
Ambos colegios participan, junto a la UBU, en un proyecto de investigación que se prolongará hasta el próximo curso, con el título Desarrollo del pensamiento computacional y científico en Educación Infantil y Primaria a través de un modelo Steam-Compu-Steam. Jorge Martínez, director del colegio de Santibáñez, dirige el estudio junto a Víctor Abella, que pertenece al grupo de investigación 'Educación, Inclusión y Tecnología' de la Universidad burgalesa. Los dos profesores se ponen al frente de una investigación que va más allá de trabajar en las aulas con la robótica, sino que pretende ver si esta nueva metodología funciona realmente aplicada a la educación o si es un placebo. 

Martínez hace hincapié en que actualmente hay tantas etiquetas, metodologías y recursos «que al final el profesorado se frustra y lo ve inabarcable». Por ello, cree que hay que ir con pies de plomo y no a dar por sentado que todo es válido y que funciona. De ahí que determinar el valor y si la robótica y la metodogía Steam cumplen los objetivos que se persiguen, está en el fondo del proyecto que se desarrolla en ambos colegios, y que ha sido seleccionada por la Consejería de Educación dentro de una convocatoria de investigación a desarrollar por profesores y equipos de inspectores. 

Estos se adentran en los nuevos modelos introduciéndolos en sus aulas para analizar los efectos de su implantación en un alumnado que ha venido trabajando con la metodología tradicional. El modelo Steam, recalca el director del colegio de Santibáñez, pone el énfasis en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y hasta en las artes y las matemáticas como pilares fundamentales de la educación.

El grupo de alumnos de Primaria junto con el director del proyecto, Jorge Martínez.El grupo de alumnos de Primaria junto con el director del proyecto, Jorge Martínez. - Foto: Alberto Rodrigo

Como también explica Jorge Martínez, este sistema innovador «busca romper las barreras que han sido impuestas por la educación tradicional», apostando por un modelo más integrador, porque al final, incide, se trata de preparar alumnos para que sean capaces en el futuro de insertarse en un mundo laboral tocando los palos de la ingeniería, la ciencia y las artes. «Es decir, se pretende mejorar la competencia científica del alumnado desde la más temprana edad», recuerda, y además incorporan la metodología Steam en el curriculum.

En este sentido, el último paso del proyecto sería instaurar un modelo fácil y accesible para que, a través de una página web, todos los colegios utilicen esa metodología, la robótica y el pensamiento computacional en sus clases. La idea va en la línea de la nueva ley de Educación, la Lomloe.

Según Martínez, el proyecto en el que ya se comenzó a trabajar desde septiembre, tendrán un empujón importante a partir de enero, una vez que el colegio de Santibáñez ha recibido el material con el que los escolares trabajarán, un kit de piezas de lego. Este centro se guiará por lo que ya se ha desarrollado en Los Ángeles de Miranda, que actúa como mentor. 

Desde los 3 a los 12 años. El colegio de Santibáñez tiene una peculiaridad y es que todos los alumnos están en la misma clase, con lo que se trabajará conjuntamente con Infantil y Primaria, desde los niños de 4 años a los 12.

Tras una labor previa el primer trimestre, con cuestionarios, fichas y evaluaciones desarrollados por los alumnos, después de Navidad se pasará a la práctica. Así, los alumnos trabajarán con un kit de muñecos de lego y un robot de suelo, que deberán programar para que realicen diversas labores, «como mover un ventilador de derecha a izquierda o encender luces», explica Jorge Martínez.

«Al final los niños están aprendiendo matemáticas o ingeniería y poniéndolo en práctica; es un conocimiento aplicado, no es el libro de texto que aprenden, memorizan, vomitan y que al día siguiente no se acuerdan. De esto sí se acuerdan porque han hecho algo físico,  algo que les gusta, que ven el funcionamiento práctico y que está conectado con el mundo laboral». añade Martínez que, además, hace hincapié en que esto es lo que están pidiendo las empresa más punteras: robótica y pensamiento computacional, «conocimientos que ahora la gente no tiene», añade. 

De cara al próximo curso, el trabajo realizado en las aulas se completará con el más particular de los directores del proyecto que analizarán documentamente toda la información sobre la que se ha trabajado este curso para determinar el valor de su aplicación y crear esa web que sirva de base a todos los colegios para implantar la robótica y la metodología Steam.