A la candidata a la Alcaldía de Burgos por el Partido Popular le ha salido una tarea añadida a la habitual en estos casos que no es otra que demostrar que su perfil es mejor que el de la persona que ha venido liderando a su partido dentro del Ayuntamiento. Dejándome llevar por la inevitable actualidad, lo que está en juego es demostrar si eres un Ferrari o un Twingo. Aunque en realidad lo importante es adaptarse al terreno en el que tienes que moverte. Las prestaciones de un Ferrari se demuestran en las carreteras abiertas y amplias pero no sirve de mucho para hacer los recados en una ciudad. Allí es donde demuestra sus virtudes el Twingo, callejeando con agilidad y gastando poco. La realidad es que seguramente hoy el Ferrari ni siquiera podría circular dentro de la ciudad. Demasiado inapropiado por contaminante. Ahora que cada uno adjudique marca de coche a cada cual. Espero que quien ha tenido que tomar la decisión pueda justificar su elección ya que lo que hay en juego es mucho, dejando al margen el coste de adquisición de uno u otro vehículo.
Lo cierto es que lo que queda después de este proceso interno es un poso de malestar en una parte de la sociedad y algunas heridas que el tiempo dirá si cicatrizan bien o no. Habrá que esperar, pero hay demasiados cabos sin atar que si no se resuelven con rapidez acabarán enredándose. Y no hay mucho tiempo. Creo que la elegida inicia la carrera con un peso añadido que va a lastrar inevitablemente sus posibilidades, que sólo recuperará plenamente si es capaz de despejar con eficacia las dudas que se han generado alrededor de sus planes de futuro. Sus rivales ya han olido sangre y a las primeras de cambio han dado las primeras dentelladas. Supongo que esos primeros ataques estaban previstos tanto por la candidata como por el partido que le da soporte. Lo que no está tan clara es la eficacia de la respuesta. Todos sabemos que el compromiso del trapecista no es igual si ejecuta su salto mortal con red o sin red. Y el aplauso del espectador es mucho más entregado si no hay red.