Los peores augurios ante la escasez mundial de microchips se están cumpliendo para el sector de la automoción. Esta misma semana ha sido Stellantis -fusión entre Fiat Chrysler Automobiles y Groupe PSA- la compañía que ha anunciado la suspensión de su actividad en la factoría de Vigo desde las diez de la noche de ayer«hasta nuevo aviso».El problema de suministro de los semiconductores ha provocado que la planta gallega se una a otras como la madrileña de Villaverde, que tiene previsto detenerse casi dos semanas en lo que queda de mes de mayo.

Ello ha provocado que los ERTE preventivos que ya se habían pactado en la industria burgalesa se hayan vuelto a activar, mientras que en fábricas que hasta la fecha habían podido salvar estos procedimientos no han tenido otro remedio que empezar a negociarlos.Es el caso de Aragusa, de Grupo Antolín, donde los representantes de los trabajadores y la dirección, explica el responsable de Industria del sindicato CCOO, Juan Ignacio Ruiz, esperan poder cerrar un acuerdo a principios de la semana que viene. En total la cifra de implicados en este expediente preventivo alcanzará a las 300 personas que trabajan en la factoría del Monte de la Abadesa. «Se aplicará para adaptarnos a la producción de los clientes y la situación del mercado. El ERTE se pondrá en marcha para la plantilla y la actividad necesaria que de pie a ajustarnos a la producción», explican fuentes de la compañía, que recuerdan que Grupo Antolín «forma parte de una cadena de suministro, por lo que tiene que alinear su actividad con la de sus clientes.

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