De pisar el vino a leer libros. Mucho ha cambiado el uso del antiguo lagar ubicado en Itero del Castillo, que ahora se ha convertido en un amplio espacio cultural y de reunión para sus vecinos. La asociación del municipio ha impulsado este nuevo inmueble en colaboración con el Ayuntamiento y para ello se ha acometido una gran reforma con el objetivo de aglutinar la biblioteca, la ludoteca y un coworking para que pueda acudir a trabajar quien así lo desee.

La zona que antes estaba destinada propiamente al lagar se ha renovado y ahora se ha transformado en la ludoteca para que jueguen los niños del pueblo. Además, junto a ella se han colocado estanterías, mesas y sillas para que aquellos que quieran acudir a trabajar de forma telemática tengan así un lugar con todas las comodidades. En ese sentido, se han adquirido tablets y se ha puesto wifi gratis para sacarle el máximo rendimiento.

«La gente en vez de marcharse a trabajar pues ahora se puede quedar al tener aquí; a internet, que lo pusimos este verano, ya se le ha dado mucho uso», explica Javier Rodríguez, secretario de la asociación. Esto permitirá que los vecinos se estén más tiempo en el pueblo sin tener que preocuparse por un servicio que cuesta encontrar en el medio rural. Ahora se emplea especialmente los fines de semana, cuando más personas se acumulan en Itero, pero a diario está teniendo mucho «tirón» también para leer el periódico o los libros.

El local lo arregló el Ayuntamiento y se lo cedió a la Asociación Recreativa y Cultural de Itero del Castillo. Tras realizar una memoria con los planes que tenían para equipar y dar utilidad a este inmueble solicitaron una ayuda a la Diputación de Burgos, que finalmente concedió 11.000 euros para que desarrollaran esta iniciativa en el municipio enmarcado en la comarca Odra-Pisuerga. En menos de un mes, el próximo 10 de diciembre, se inaugurará de manera oficial.

La reforma ha dado paso a un espacio minimalista, con un diseño moderno y empleando lo esencial para obtener una zona ordenada y poco recargada de decoración. En ese sentido, llaman la atención los dibujos para hacer referencias a las diferentes estancias tales como el rincón de lectura o la zona infantil.  Aunque, eso sí, tampoco se ha perdido el toque clásico al conservar la madera en las vigas en este amplio espacio.

Por otro lado, la segunda de las plantas de este inmueble se alza como una gran sala diáfana donde se desarrollan las diferentes actividades organizadas por la asociación. «Casi todos los sábados hay talleres de costura o de bordado», comenta Rodríguez. Y, este año, de nuevo se han volcado en la preparación de la Navidad con la elaboración de bolas, centros de mesa o ángeles para adornar las calles.