A principios de octubre la Junta anunció que en cada provincia habría un hotel para prestar servicio a aquellas personas que dieran positivo en coronavirus y fueran asintomáticas, pero que por distintas circunstancias no pudieran realizar la pertinente cuarentena en sus domicilios. En el caso de Burgos, fue el Hotel Norte y Londres el elegido para ofrecer este servicio, que ya ha dejado de prestar al no haberse renovado la prórroga del mismo una vez finalizado el plazo inicial contemplado (5 de enero).
El copropietario de este establecimiento, Luis Mata, explica que la comunicación le llegó a finales de diciembre a través de la agencia de viajes que gestionaba el programa, al tiempo que muestra su «sorpresa» por la decisión de la Administración autonómica, teniendo en cuenta, según señala, que «ya se estaba avisando de la tercera ola». Además, destaca el «buen funcionamiento» que ha tenido el servicio durante el tiempo en el que ha estado activo, con setenta personas que han hecho uso del mismo en estos meses pasados, principalmente por «convivir en casas con familiares de alto riesgo».
«Lo normal es que se hubiera prorrogado pero la Junta decidió suspenderlo de manera unilateral», explica Mata, quien hace referencia a que tan solo se ha quedado abierto un establecimiento en toda la región, concretamente en Palencia, lo que, en su opinión, no resulta operativo. «No veo factible que cualquier ciudadano fuera de esta provincia vaya a desplazarse hasta allí», manifiesta, al tiempo que pone como ejemplo que todos los huéspedes que ha recibido en este tiempo eran burgaleses.
El empresario considera «necesario» este servicio, máxime debido a la situación actual. En este sentido, destaca los «buenos» protocolos desarrollados para atender a los usuarios, que guardaban un estricto aislamiento en sus habitación, donde se les proporcionaba el servicio de comida. «Las personas que han permanecido en el hotel guardando cuarentena lo han valorado muy positivamente e incluso hemos recibido cartas de agradecimiento», remacha.
Mata reconoce que el programa arrancó en octubre «tímidamente» pero que luego, y gracias a la labor de difusión de los medios de comunicación, fue conociéndose e incrementándose el número de usuarios. De hecho, precisa que durante el mes de noviembre hubo 25 habitaciones ocupadas. Los gastos de alojamiento corrían por cuenta del Gobierno regional.
Tras dejar de ser Arca de Noé, tal y como se han denominado a estos establecimientos, el Norte y Londres ha cerrado sus puertas, aunque, según su copropietario, todavía siguen recibiendo llamadas de personas interesadas en hacer uso del servicio. «Tienen esa necesidad y nos da pena que no se haya prorrogado. Ha resuelto muchos problemas y lo eliminan cuando viene una situación peor», concluye.