En febrero de 2020, días antes de que se desatase la pandemia del coronavirus aún activa, la provincia de Burgos alcanzó su máximo histórico de jubilados mayores de 85 años. Alcanzaron los 10.038 perceptores, el doble que 15 años antes, aunque desde ese mes su número no crece y sigue en ligero descenso. Lo mismo está ocurriendo en la franja de edad inferior, entre los 80 y los 84 años, que el pasado diciembre llegó a la cifra más baja desde enero de 2015, con 7.093 pensionistas.

En total, han desaparecido 276 ancianos mayores de 80 años de las estadísticas provinciales de la Seguridad Social a fecha del 31 de diciembre y con respecto a marzo del 2020, lo que confirma que la crisis sanitaria sigue mermando de forma extraordinaria a la población más mayor.

Como dato positivo, no son los 371 que se perdían el pasado año por estas misma fechas, con lo cual la mortalidad ha descendido como, por otro lado, es evidente en las estadísticas diarias que facilitan las autoridades sanitarias.

En el resto de franjas de edad de la jubilación, desde los 65 hasta los 79 años, se mantiene un crecimiento acorde con el progresivo envejecimiento de la población burgalesa y menos influido por la incidencia en la mortalidad de la sucesivas olas de contagios.

Es importante matizar que el descenso de jubilados ancianos actual es masculino en exclusiva, pues las mujeres crecen desde marzo de 2020 en 36 perceptoras entre los 80 y 84 años y en una a partir de los 85.

También hay que subrayar que la pérdida de los más mayores se ve sobradamente compensada por la incorporación de los jubilados de 65 años al sistema. De hecho, el pasado mes de diciembre se alcanzaron los 60.553 perceptores de una pensión de jubilación en Burgos, 975 más que cuando se desató el estado de alarma sanitario en España, lo que supone un crecimiento del 1,63%.

La nómina de las pensiones también sigue subiendo a un ritmo del 5,3%, según los datos facilitados por la Seguridad Social. Son 78,8 millones de euros al mes, 4 más que en marzo de 2020. Es más, el importe que perciben los mayores de 80 años ha crecido en 400.000 euros en los últimos 22 meses, hasta los 16,8 millones en el pasado diciembre.

Efecto sustitución. La Tesorería de la Seguridad Social es un testigo silencioso de las consecuencias más graves de la crisis. Cada fallecimiento en una residencia de mayores, en un hospital o en un hogar activa de inmediato el proceso informático de baja y la gestión de la última pensión que percibirá el finado, más en concreto sus herederos. Se cobra, en este sentido, el mes entero (se haya fallecido el día 1 o el 31) y se incluye en la última nómina la parte proporcional de las pagas extraordinarias que corresponden.

A falta de conocer los datos de 2021, en 2020 fueron 3.468 las bajas de jubilación tramitadas en Burgos frente a las 3.245 altas. Por primera vez en los últimos 15 años de estadística, las salidas superaron a las entradas en el sistema.

Aunque el número de pensionistas varíe a la baja, hay que tener en cuenta el efecto sustitución a la hora de valorar la nómina de las pensiones. La carrera de cotización y los salarios son mucho más elevados entre los nuevos jubilados que entre los que fallecen. 

Así, en noviembre de 2021 (último dato disponible en las estadísticas de la Seguridad Social), el importe medio de las pensiones de alta en Burgos era de 1.466,07 euros al mes de media, un 3,29% más que en el mismo mes del año precedentes (46,79 euros en cifras absolutas) Las pensiones de los fallecidos eran sustancialmente menores: 1.220,58 euros de media, 245 euros menos que un nuevo pensionista. Pese a esta diferencia las pensiones de baja crecen un 13,2% en un año, 143 euros más con respecto a noviembre de 2020.