El comercio desaparece del Casco Viejo de Miranda

ARSENIO BESGA
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El barrio tiene decenas de establecimientos hosteleros, pero solo dos tiendas. Los vecinos creen que esta zona no puede reactivarse porque «cada vez está más deteriorada» y «hay menos gente viviendo». El 60% de los locales están vacíos

Los vecinos demandan planes de vivienda para atraer población y generar actividad. - Foto: Luis López Araico

El Casco Viejo se alzaba como uno de los epicentros de la actividad festiva en Miranda e, incluso, hace décadas también era un referente en el ámbito comercial. Sin embargo, con el paso del tiempo han ido cayendo en picado las inversiones privadas en este área de la ciudad y actualmente afronta una situación casi crítica. La caída de ventas en las tiendas de esta zona ha hecho que ahora mismo apenas un 40% de los locales existentes se encuentren abiertos.Por tanto, una notable mayoría de los establecimientos tienen la persiana bajada y, a juzgar por la evolución, parece complicado que la salud económica del área repunte.

En torno a 30 locales comerciales tienen actividad en elCasco Viejo de Miranda actualmente, aunque no todos abren a diario puesto que, por ejemplo, hay algunos bares que solo ofrecen sus servicios durante los fines de semana. De hecho, la hostelería copa prácticamente la totalidad de los pequeños negocios en este barrio. Tanto es así que los vecinos ya solo disponen de dos tiendas de alimentación y de una peluquería. El resto han ido cayendo poco a poco. Sin ir más lejos, en los últimos tiempos han cesado su actividad establecimientos tan útiles para los residentes como una droguería y una panadería. Incluso algunos bares han tenido que colgar el cartel de 'se traspasa'.

El problema de la falta de actividad comercial en esta zona afecta directamente a los habitantes que tienen su domicilio en ella. Precisamente, desde la Asociación de Vecinos consideran que «aquí hace falta que venga gente a vivir, es el gran problema que tenemos». Según comentan, se antoja cuanto menos complicado reactivar económicamente el Casco Viejo «si cada vez está más deteriorado y cada vez hay menos gente viviendo, que además es humilde». 

Eso sí, además de detectar cuál es el inconveniente esencial que impide resurgir a esta histórica área, desde la Asociación de Vecinos también han propuesto soluciones «muchas veces». Según comentan, debería llevarse a cabo algún tiempo de «programa de viviendas para gente joven». En este sentido, reclaman a las diferentes administraciones que «se preocupen más» y, sobre todo, que «los servicios sean decentes».

Sobre las prestaciones con las que cuenta el barrio, los residentes consideran que «ahora no son buenas, porque no se limpia bien, no se arreglan las cosas que se rompen» y hasta dicen que «las casas se caen a pedazos, incluso las que son del Ayuntamiento». Este tipo de circunstancias, conforme a su perspectiva, provoca que se genere una «imagen muy mala y eso no ayuda a que quiera venir la gente a vivir aquí».

En resumidas cuentas, para dar un paso al frente en el ámbito comercial, los vecinos opinan que antes deben ofrecerse «más y mejores servicios, desde iluminación al limpieza». Con todo, recalcan que el barrio necesita cuanto antes «más inversiones y más atención», dado que están percibiendo que «somos el último barrio de Miranda».

En multitud de ocasiones ha habido solicitudes para llevar a cabo un proceso de rehabilitación de la zona.No obstante, desde elAyuntamiento alertaron de que, por ejemplo, resultaba complicado acceder a fondos europeos para intervenir en esta área, puesto que hace varios años ya contó con una subvención para mejorar su estado. Ahora bien, con el paso del tiempo los antiguos inmuebles han ido acumulando desperfectos y en la actualidad hay varios que aparentemente se encuentran en ruinas. Este hecho tiene un impacto directo en cuanto a los comercios, dado que algunos locales están situados bajo edificios que no cumplen con los mínimos de seguridad. En este sentido, varios bloques de la calle La Fuente, entre otras, ejemplifican bastante bien la situación.

Pese a que muchos establecimientos, todos ellos cerrados, se sitúan bajo casas prácticamente destruidas, otros tantos disponen de las medidas necesarias como para albergar actividad. Eso sí, este tipo de inmuebles se aloja sobre todo en dos zonas que, de hecho, son las que más locales tienen abiertos. Por un lado, la gran mayoría de bajos habilitados en la Plaza de España tienen las persianas levantadas y ofrecen servicios, aunque todos ellos son del sector de la hostelería. Por otra parte, el segundo tramo que alberga un mayor número de pequeños negocios es la calle San Juan. En esta vía sí que se encuentran varios bares e, incluso, una tienda. No obstante, también dispone de multitud de establecimientos que cesaron su actividad.