La concentración que ha llevado a cabo la selección española en Altea en los últimos días ha tenido un tremendo color burgalés. Con el combinado rojigualda estuvo Carlos Barbero y tres de los miembros del Burgos BH, Diego Rubio, Ángel Madrazo y Manuel Peñalver. La experiencia concluyó el viernes y los corredores ya han regresado a sus hogares con el inicio de la temporada en mente y con «un plus de motivación», como asegura Peñalver.
Los cuatro han vuelto con un gran sabor de boca de la experiencia y todos coinciden es que es un «orgullo» el haber formado parte del combinado rojigualda, aunque solo haya sido para entrenar.
Pascual Momparler, el seleccionador español, quería que los suyos hicieran piña y decidió que esta fórmula era la adecuada. Madrazo, el líder del Burgos BH, confiesa que en el inicio de la concentración no tenía claro cómo iban a adaptarse a la nueva normativa sanitaria. Sus dudas se disiparon de inmediato. «Todos pasamos los controles y en unos días comenzamos a convivir. Hicimos la llamada burbuja y han sido unos días muy agradables», comenta el ciclista cántabro.
Barbero (derecha) posa junto a Valverde durante un entrenamiento. - Foto: @RFECSi en algo inciden todos es en el buen ambiente que ha reinado a lo largo de la convivencia. También ha habido trabajo y 3 de los 5 entrenamientos que han realizado han sido «de mucha intensidad y en los que hemos acumulado desnivel», explica Carlos Barbero.
El burgalés del NTT tenía ganas de volver a sentirse ciclista y es que «añoraba» regresar a la rutina que se ha visto trastocada por la crisis sanitaria.
La Vuelta a Burgos se puede convertir en el destino por lo menos tres de ellos. En la ronda provincial estará seguro Barbero, mientras que todo indica que Ángel Madrazo y Diego Rubio también tendrán un hueco en el ‘7’ del Burgos BH. Lo puede tener algo más complicado Manuel Peñalver, que vivió con mucha ilusión la que fue su primera concentración con la selección elite.
En otro de los puntos en los que los cuatro coinciden es en las ganas de volverse a colgar un dorsal. Han sido muchas horas de rodillo, de entrenamientos en solitario, por lo que quieren comprobar cuál es su verdadero estado de forma y cómo responden las piernas después de más de tres meses y medio sin competir.