Una burgalesa en el corazón del sorteo

R. MEDIAVILLA
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Arancha Martínez, de madre originaria de Toba de Valdivielso, donde pasaba veranos y vacaciones, es la encargada este año de entrenar las voces de los niños de San Ildefonso en los sorteos

Arancha Martínez, durante un ensayo con algunos de los niños que ayer cantaron en el Sorteo de Navidad. A la derecha, Paula, que cantó el Gordo en 2021. - Foto: Juan Lázaro (ICAL)

Poco podía imaginarse Arancha Martínez que su formación como educadora social le llevaría a entrenar a algunas de las voces más escuchadas de este país, la de los niños de la Residencia San Ildefonso, encargados de cantar cada año la Lotería de Navidad y también el resto de sorteos anuales. 

Pero lo cierto es que esta trabajadora del centro madrileño de raíces burgalesas -su madre y sus abuelos eran de Toba de Valdivielso, en Las Merindades, donde aún tiene familia, donde transcurrieron buena parte de sus vacaciones y semanas santas, y que considera como su «segunda tierra»- es una de las cuatro personas que se turnan año a año en este cometido. 

Una responsabilidad que le corresponde hasta marzo de 2023 y que compagina con el resto de tareas como una de las educadoras sociales del centro. «Es una función más», apunta, quitando importancia al hecho de estar detrás de las voces más observadas de cada Navidad.

Lleva 16 años vinculada a la Residencia, y ayer fue la cuarta vez que acudió al Sorteo de Navidad acompañando a los jóvenes encargados de llevar la suerte a miles de hogares cada 22 de diciembre, pero hasta llegar a las bambalinas del Teatro Real el camino ha sido largo. Comenzó en octubre con un cásting voluntario entre los 28 niños y niñas de la residencia que cantan la lotería todo el año y del que salen 24. Con ellos se forman parejas atendiendo a que sus voces combinen bien y queden bonitas. Además es necesario que tengan destreza a la hora de leer los números «y la habilidad de meter la bola en los alambres, que no es nada sencillo», apunta Martínez.

Y es que, junto a dar con el soniquete correcto para cantar todos los números, acostumbrarse a introducir la bola del revés es una de las tareas más complejas y que más cuesta, explica esta educadora de raíces burgalesas ¿Y por qué se hace así? Para que cuando el alambre se termina y se baja en la tabla, los números y los premios queden al derecho a la vista del responsable de la mesa y que de esta manera pueda detectar más fácilmente cualquier posible error. «Es una labor que tienen que hacer muy rápido y mientras cantan», apunta, y con la presión añadida de las cámaras, el público, el saberse observados... De ahí que el ensayo sea fundamental (...).

(Más información sobre esta y otras curiosidades de la Lotería de Navidad, en el suplemento especial de la edición impresa de Diario de Burgos de hoy viernes o aquí)