De pies imparables

G.G.U.
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Las jugadoras de los equipos femeninos del Capiscol CF han diseñado y puesto a la venta calcetines para dar visibilidad a la Asociación de Donantes de Médula Ósea. Cuestan 5 euros

Jugadoras del Capiscol CF enseñan los calcetines con su patrocinador y miembros de la asociación al fondo. - Foto: Valdivielso

Imparables son las jugadoras de los equipos femeninos del Capiscol CF, que han hecho suyo el lema de la Fundación Josep Carreras, organización de referencia en España en divulgación e investigación sobre la leucemia, para dar visibilidad a la asociación burgalesa de Donantes de Médula Ósea. Y, para ello, obviamente, se han servido de sus pies, que ya visten en los entrenamientos con unos calcetines que han diseñado, encargado y puesto a la venta para apoyar a la asociación de Burgos y, de paso, colaborar en la promoción de la donación de células madre de la médula ósea, que nada tiene que ver con la espinal. 

«El fútbol tiene una responsabilidad social con la comunidad y con la sociedad en general, y nosotras queremos poner nuestro granito de arena», explican las promotoras de la idea, Cristina Ortega y Sara Rozas, minutos antes de iniciar el entrenamiento en Castañares para el último partido de la temporada, que juegan el domingo. Las dos son donantes de médula gracias a unas charlas a las que asistieron por separado, una en el María Madre y otra en la UBU. «También seguimos en redes sociales a gente como Pablo Ráez [joven futbolista malagueño que abanderó la campaña por la donación y murió en 2017 por una leucemia] y otras personas que han enfermado, pero que han salido adelante por algo tan fácil como la donación de médula, que no cuesta nada», aclaran las jóvenes, destacando que para seguir sus pasos basta con solicitar el dispositivo que permite, a través de la saliva, registrar el ADN celular del donante para que, en caso de que se presente oportunidad por compatibilidad con una persona afectada por algunas enfermedades de la sangre, se materialice la donación de médula. «Y eso son dos horas en un hospital», aclaran.

A su lado está la tesorera de la asociación beneficiaria de la iniciativa, Olvido Patón, quien escucha a las futbolistas y asiente, sin ocultar la satisfacción que produce constatar que el objetivo primordial de la entidad, con solo siete años de trayectoria en Burgos, se va cumpliendo. «La creamos para quitar los mitos en torno a la donación de médula ósea, porque había mucha confusión con la espinal. Y vemos que informar, desmentir y quitar miedos va surtiendo efecto. Y escucharlas a ellas, tan jóvenes, nos alegra porque pueden llegar a muchísima gente», recalca Patón.

Así, dado que tanto Cristina Ortega como Sara Rozas estaban sensibilizadas con el tema, cuando surgió la posibilidad de encargar unos calcetines para los equipos femeninos y las categorías inferiores, se les encendió la bombilla. «Unos calcetines son algo chulo, que gusta y que sirve de excusa para hablar de la donación», cuenta Rozas, mientras Ortega apostilla que pensaron que si los cobraban algo más caros de lo que habían costado, también podían recaudar fondos. «La iniciativa surgió del equipo femenino A, pero la diseñadora es del B y, al final, todo el club, que patrocina Aislamientos Burgaleses, lo ha respaldado y ha pedido sus calcetines», dicen, matizando que el Capiscol ha comprado 300 pares y que ahora hay otros 150 disponibles en la sede del club para quien se quiera sumar. Cada par cuesta 5 euros y, afirman, hay bastantes peticiones. «Pero como tenemos la plantilla, se pueden encargar más», explican, matizando que la fabricación se la encargaron a la fábrica de Pradoluengo Arusa Calcetería. «Y así también apoyamos el comercio local y de proximidad», rematan.

Una vez que tuvieron la idea, contactaron con la presidenta de Donantes, María José Mahave, quien les sugirió que el diseño podía incorporar el reclamo 'Dona médula' en un pie y el 'imparables' en el otro. Y dicho y hecho, la diseñadora, la también jugadora Begoña Franco, se puso manos a la obra.  Y recuerda que «hice ocho diseños, combinando los colores del equipo y la idea de incluir un logo, que no teníamos, con las letras del Capiscol y el balón». Enseñó las propuestas, que se votaron y una vez que hubo opción ganadora, se consensuaron algunas modificaciones. «Al final, es un diseño colaborativo», remacha.

A partir de ahora, el objetivo es fomentar la venta de los 150 pares que quedan a través de redes sociales, grupos de WhatsApp y en colaboración con la asociación de Donantes, que ya ha emplazado a las futbolistas a seguir colaborando con ellas en otras iniciativas. «Por nosotras, encantadas. En el deporte tenemos una buena herramienta para dar visibilidad a temas que, quizá, no llegan a tanta gente, aunque se intente», concluyó Rozas.