Vestigios de un robo de los años 70

I.E.
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La Comisaría devuelve a un sobrino de José María Zugazaga, quien fuera académico de la Fernán González, varias postales que le sustrajeron junto a unas monedas antiguas

José Antonio Zugazaga posa con las postales recuperadas por la Policía Nacional. - Foto: Luis López Araico

No poseen ningún valor material pero desde el punto de vista sentimental las seis postales halladas en un armario de la Comisaría hace pocas fechas sí han hecho mucha ilusión a José Antonio Zugazaga, sobrino de José María Zugazaga, quien fuera secretario general de la Hemeroteca Nacional (en Madrid), escritor y periodista. Además, su descubrimiento esclarece, de manera parcial, un robo cometido en la década de los años 70 en el domicilio de quien también fuera un destacado académico de la Institución Fernán González.

La historia no deja de ser curiosa y para concluir con el feliz desenlace que lo ha hecho la Policía Nacional ha tenido que efectuar -al fin y al cabo es su trabajo- una investigación -modesta, es cierto- para dar con la familia del autor de las postales. Todo empezó en el despacho del comisario provincial, Jesús María Nogales, quien ordenando uno de los armarios se topó con  una serie de tarjetas antiguas, algunas de las cuales pertenecían a un mismo remitente, Pepe, y cuyos destinatarios, todos ellos, tenían por apellido Zugazaga. En un primer momento en la Policía creyeron que podía tratarse de un recuerdo olvidado de un comisario anterior, pero en los archivos no apareció ningún predecesor con tal patronímico. De modo que las pesquisas se orientaron en otro sentido.

Con ese apellido vasco como principal pista y con la fecha en que estaban datadas las tarjetas, todas ellas a mediados de los 70, la investigación se centró en las denuncias de esos años, para cuya consulta hubo que revisar los archivos de la Comisaría. Efectivamente, allí fueron halladas unas diligencias en las que figuraba el nombre de José María Zugazaga, quien acudió a la Policía tras detectar que le habían robado, en su casa de la Plaza Mayor, número 16, una «importante colección de monedas antiguas, algunas de oro».

Su sobrino José Antonio, a quien la Comisaría ha hecho entrega de esas postales, se acuerda de aquellos hechos. «Mi tío me había enseñado unos meses antes dos cajas llenas de monedas de todo tipo y me dijo que eran valiosas, esa es la verdad; y luego, es verdad también, denunció que le habían desaparecido», rememora ahora. No sabe quién pudo arrebatárselas, pero asegura que no se trató de ningún robo con fuerza en su piso de la Plaza Mayor, «más bien sería alguna de las personas a las que invitaba a casa en los últimos momentos de su vida, dada su generosidad». El caso es que en su día la Policía Nacional logró recuperar las postales pero no la colección de monedas, que sigue en paradero desconocido.

En una época sin Whatsapps y sin redes sociales el único modo de mantener el contacto con la familia -al margen del teléfono- era establecer una relación por carta con los parientes, algo en lo que se esforzaba mucho José María Zugazaga, que enviaba sus postales desde distintos rincones de España, desde Madrid, donde trabajaba, a Almería, donde pasaba buena parte de sus vacaciones. Como eran muchos hermanos los que quedaron en Burgos tras emigrar a la capital de España los compromisos epistolares se multiplicaron, de manera que las postales robadas en el domicilio familiar de Plaza de España tenían por destinatarios a varios parientes, pero la mayoría terminaban guardadas en el piso de los padres.

Para José Antonio, recuperarlas significa recobrar una parte del patrimonio sentimental de su familia y el momento ideal para recordar a un hombre «sabio y generoso», que en su día donó más de 1.000 volúmenes al Círculo Católico, algo de lo que da fe la hemeroteca de este periódico. Cuando le llamaron de la Policía Nacional se temió lo peor, pensó que había «sucedido algo malo», pero pronto lo tranquilizaron». «Cuando vi que eran las postales de mi tío me dio una gran alegría», subraya. Un recuerdo que portará siempre consigo y que legará a sus hijas.