Escepticismo ante los planes para el asador de Aranda

B.G.R.
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Aseguran que su proyecto de convertir el inmueble en biblioteca gastronómica de la región despierta el interés de dos capitales de Castilla y León

El edificio municipal se encuentra ubicado en la recién remodelada Llana de Afuera. - Foto: Patricia

En diciembre del año pasado, la Federación Provincial de Empresarios de Hostelería presentó al Ayuntamiento un proyecto en el que solicitaba la cesión del antiguo asador de Aranda, de propiedad municipal, para convertirlo en biblioteca gastronómica de la región. Valoró su coste en 800.000 euros e, incluso, fijó su posible apertura, de salir adelante, para el próximo ejercicio 2023. Un año más tarde, el bipartito ha dado a conocer sus planes respecto al citado inmueble, que pasan por convertirlo en un centro de innovación turística adaptado para acoger visitantes y para que pueda ser utilizado por empresas del sector, tal y como avanzó este periódico ayer miércoles.

La patronal de hosteleros ha recibido la noticia con escepticismo y valorando que la intervención planteada no se corresponde con la suya, salvo en algunos aspectos relacionados con temas de formación de profesionales. Su vicepresidente e impulsor de la iniciativa, Fernando de la Varga, asegura «no entender» lo propuesto por los responsables municipales y considera que se trata de un proyecto cuyo contenido «no está definido». «Abarca muchos ámbitos y hay que tener en cuenta que se trata de un espacio bastante reducido cuyos aforos están muy limitados», precisa, augurando que «aún queda mucho recorrido» para su ejecución.

De la Varga asegura que la última reunión que la entidad mantuvo con la sociedad pública Promueve, así como con sus técnicos, fue el pasado mes de mayo, sin que «hayamos recibido respuesta alguna». En este sentido, subraya que la actuación presentada por la patronal  entrará a formar parte de «otros muchos proyectos planteados que luego no van a ningún lado», sin que achaque a la financiación el hecho de que no salgan adelante. «Ahora esto no sería el mayor problema porque hay fondos europeos», remarca, al tiempo que precisa que para la biblioteca gastronómica «se contaba con el apoyo de la Junta y de un ente privado que iba a encargarse de su ejecución arquitectónica debido a que lo consideraba interesante para la capital» (...).

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