Convertir el punto más sucio de Las Quintanillas en su elemento más emblemático y foco de atracción turística. Esa es la filosofía con la que se plantea la construcción de un mirador sobre el antiguo vertedero del pueblo, asentado sobre una ladera en la que hace décadas se extraída yeso. 

El Ayuntamiento de Las Quintanillas ha encargado el proyecto al arquitecto, paisajista y pintor Jesús Arribas, vecino desde hace varios años del pueblo, y pretende ejecutarlo por fases. Levantar esa balconada desde la que se divisa no solo la localidad sino varios pueblos del entorno, no es una iniciativa aislada sino que forma parte de un ambicioso proyecto que contempla el acondicionamiento de un camino de casi un kilómetro y medio que partirá de la plaza donde se ubica el escudo local para continuar por el camino del cementerio hasta alcanzar la ladera y acabar en el mirador. La ruta finalizará de nuevo en el centro de Las Quintanillas, cerrando de forma circular el anillo tras bajar por la zona conocida como 'la fuentona'.

A lo largo del recorrido se plantean varias actuaciones, entre ellas algunas zonas de descanso con bancos y la instalación de varios hitos, señalítica y paneles, de tal manera que se vaya dando información a los caminantes sobre el paisaje y el patrimonio local más destacado. 

De manera especial se pretende poner en valor un paisaje peculiar ensalzado por la ladera sobre la que estuvo el vertedero ya sellado y que acogerá el mirador porque esa zona se explotó hace décadas para obtener yeso. De hecho aún se pueden contemplar en una amplia extensión del suelo ese mineral incluso cristalizado, por lo que el proyecto pretende hacer didáctica sobre esa actividad industrial que tuvo lugar en la localidad. Se explicará a través de textos lo que era este tipo de minas.

Arribas, de hecho, añade que en una zona del propio mirador se pretende construir un horno -que aunque no funcionará- sí recordará la explotación y el proceso de fabricación del yeso.

En cuanto a la estructura del mirador, su construcción no dejará  de tener su complicación, reconocen Munguía y Arribas, porque se asentará sobre una zona inestable donde se depositaban los residuos, por lo que será necesario consolidar ese terreno con losas armadas con micropilotajes para anclarlas y evitar deslizamientos del terrenos. 

En cuanto al contenido del mirador, que tendrá unas dimensiones de unos 40 metros cuadrados, se compone de una estructura de madera con una cubierta de zinc apoyada en las losas que soportan el mal asentamiento del suelo. El suelo de hormigón tendrá distintas texturas, madera e incluso se abren algunos huecos; habrá bancos corridos y alguna pequeña grada para que cuando vayan niños de colegios o visitantes se pueda explicar las características de las minas y otros detalles de Las Quintanillas.  

Punto informativo. Otro de los aspectos más singulares de la ruta circular se localizarán en la plaza  junto al punto de partida. En esta zona, se instalará una marquesina en el lugar que ocupaba la báscula, que se configura como un punto  de información turística de la localidad. Se trata de un habitáculo de  8 metros cuadrados  que también se pretende utilizar como punto cultural y de intercambio de libros.