Seis de cada diez contagios activos por el SARS-CoV-2 detectados por Atención Primaria desde el 11 de mayo se han producido en residencias de ancianos:28 sobre un total de 42. La fecha no se ha escogido al azar, sino que es el comienzo del proceso oficial de desescalada de la crisis del coronavirus en España; el punto de inflexión determinado por el Ministerio de Sanidad para pasar de un escenario de transmisión comunitaria del virus a una situación de contención, en la que cada nuevo caso activo -con síntomas- debe ser cercado mediante aislamiento y búsqueda de contactos para evitar cualquier rebrote.

Eso se está haciendo con personal específico desde los 37 centros de salud de la provincia, aunque siempre en coordinación con Epidemiología de la Junta y con los servicios de Medicina Preventiva y Riesgos Laborales del HUBU. Su cometido es el de los popularmente conocidos como ‘rastreadores’ -técnicamente ‘Responsables de seguimiento epidemiológico’- para hacer el denominado estudio de contactos. Y en Burgos ya hay algunos resultados: de los 42 casos de infección activa diagnosticados en las últimas tres semanas mediante la prueba adecuada para ello, la PCR, 28 vivían en residencias de ancianos. «En este momento son el principal foco de contagio, porque una vez que el virus entra, es difícil sacarlo, por así decirlo», explica el médico de familia y técnico de Salud en la Gerencia de Atención Primaria Ángel González de la Fuente, que en este reportaje hace las veces de portavoz del centenar de personas dedicadas a evitar brotes de coronavirus durante las distintas fases de recuperación de actividad.

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